El arte de la ciudad se relaciona con galerías y museos hermosos, pero a veces, lxs mismxs habitantes hacen obras que muestran la naturaleza de la capital
Por Gabriel Rivera*
Tania Ríos conoció a Don Baldemar el 26 de junio del 2020 en las bancas de Paseo de la Reforma. “Él vivía justo afuera de la Diana Cazadora y ahí estaba en una banquita dibujando. Dibujaba un tigre y me llamó la atención”, cuenta Tania. Para ayudar a que este artista del dibujo pudiera tener un hogar, Tania publicó las obras en las redes sociales. “Me empezó a enseñar varios dibujos”.
Los compartí y varias personas me empezaron a decir que lo querían ayudar. Lo publicamos y se viralizó en Twitter la historia de Don Balde”, recuerda Tania. Don Baldemar vivía en la calle, lo pescaban los aguaceros en esa banca y cuando tenía un poco de dinero iba a “un hotelito” a bañarse, nos contó.
Ahí lavaba su ropa, descansaba dos o tres días “y luego ya me venía pa’ la calle otra vez”, dijo. Pero esta es una sección de arte, y los dibujos que hace Don Baldemar son eso. Él dibuja desde que tenía 11 años. Usa primero lápiz, luego mete la pluma y al final el color. Sus obras antes las exponía en esa banca de Reforma, pero ahora da talleres de dibujo, ha sido parte del Gran Salón México 2022 y ha colaborado con Carlos Rodríguez, Taquito Jocoque, Plaqueta y Andonella.
Le gusta mucho dibujar animales, pero también retrata la vida en las calles de la Ciudad de México, personajes de la televisión, a las trabajadoras sexuales. Sus dibujos se pueden ver en su cuenta de Instagram; también venden playeras y tote bags con sus diseños. Si alguien desea comprarlas, basta con entrar y depositar en la cuenta que está ahí. Cada compra o donación ayuda a que Don Balde pueda seguir viviendo bajo techo y a que su obra se conozca y reconozca.
Una gran historia
“Abuelito artista art brut de 77 años en situación de calle”, así se define Don Baldemar en sus redes sociales. Él es un dibujante que ama a Bruce Lee, pero ahora mismo ama más a las personas que lo ayudaron a tener una casa, pues hasta hace poco estuvo en situación de calle, vivió así, a la intemperie, durante 10 años.
*Texto adaptado para + Chilango
CHILANGO IMPRESA, DICIEMBRE, PÁGINAS 90-94