La línea blanca tiene un promedio de vida entre los 10 a 15 años. Aun así, algunos aspectos o la suma de varios podría estar indicando si ha llegado el momento de renovar
Cuando se trata de sustituir la electrónica del hogar, el primer aparato que uno pone en la lista es la televisión. No te sientas culpable, la tecnología avanza tan rápido que las pantallas dan la impresión de estar obsoletas en un par de años.
A diferencia de estas, los electrodomésticos se van al último. Casi siempre se busca que duren la mayor cantidad de tiempo posible, al grado de que se prefiere reparar y reparar en vez de sacar. Sin embargo, hay que aprender a reconocer cuando la línea blanca del hogar ya no da para más.
El refrigerador es uno de los elementos más importantes del hogar porque se encarga de resguardar los alimentos. Por tanto, si notas que la comida se está echando a perder rápido, revísalo. Lo más probable es que ha llegado el momento de sacarlo, pero si no estás convencido, señales como cambios de temperatura fuertes (que se congele en exceso o no se sienta frío al interior por más que se mueva el termostato), ruidos extraños o que se caliente en exceso el exterior también deben de considerarse.
En cuanto a la lavadora, hay que reflexionar en la cantidad de averías y su tecnología. Problemas constantes (en solitario pero en poco tiempo o en conjunto) como un tambor que da saltos bruscos, desagüe y filtros tapados a cada rato, candado de la puerta descompuesto y desprogramación son para pensarse.
Además, está la tecnología. Cada vez se implementan más funciones pensadas en ahorrar agua y energía que es probable que una lavadora con más de una década de antigüedad te haga gastar más.
La estufa también merece atención. Aunque es el electrodoméstico con más vida útil, descuidarla puede conducir a terribles accidentes. Lo importante es estar al pendiente tanto de las llaves como de las flamas. Los quemadores que no encienden indican obstrucciones, las flamas que no llegan al color azul alertan de mala combustión, el interruptor electrónico que ya no saca chispa no hay que forzarlo. Pero si te percatas que las perillas no completan su vuelta correctamente, cierra el gas y llama a un técnico. Sobre todo este último punto es para considerar un cambio.
Por último, aparatos como el microondas, la plancha, la cafetera, el tostador y la aspiradora son más fáciles de suplir. Su promedio de vida no rebasa normalmente los 10 años, pero es más probable que dejen de encender o de calentar (en el caso de los cuatro primeros) para darse cuenta que han llegado a su fin. Como su precio permite que sean más fácilmente comprados, pocas veces son reparados. Aun así, cuídalos.
Otras razones
Si bien no está de más llamar a un técnico antes de expulsar un electrodoméstico, mantente al tanto de los precios. Una reparación que te sale casi igual que algo nuevo no vale la pena. Al final, también hay motivos como cambios de casa o en la familia que te lleven a preferir aparatos más grandes o pequeños. Pero también está la actualización. La eficiencia energética o las funciones ambientales actualmente son clave, pues sin ellas puede subir el precio de los recibos.