Según un estudio del ITDP, estos programas ayudan a reducir los accidentes viales por exceso de velocidad… si se implementan correctamente
Por Eridani Palestino y Alberto Rivera
Doroteo Mendoza, un vendedor de café y pan, murió en abril pasado después de que una ambulancia lo arrolló mientras circulaba en su triciclo por calles de Iztapalapa. El hombre de 40 años, que dejó en desamparo a su esposa y dos menores de edad, fue una víctima más del exceso de velocidad.
Un estudio publicado en The Lancet, en julio de 2022, señaló que en México las políticas de control de velocidad tienen el potencial de salvar 7,532 vidas al año.
Recientemente, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés) resaltó la importancia de gestionar la velocidad a través de la implementación de medidas destinadas a limitar los efectos negativos en el sistema de transporte.
Una de ellas es por medio de los programas de fotorradares que, según refiere, son una intervención para fomentar el cumplimiento de los límites de velocidad y, consigo, reducir muertes y lesiones viales.
En su informe Marco de Buenas Prácticas en la Implementación de Programas de Fotorradares, compara el uso de estos dispositivos en tres lugares: Ciudad de México, Guadalajara y São Paulo (Brasil), con el objetivo de entender sus efectos y cobertura.
De las tres ciudades, la brasileña tiene la mayor cobertura de fotorradares con 47 por cada 100 kilómetros en vías primarias, lo que coadyuvó a reducir entre 33 y 44% los siniestros de tránsito; el número de personas lesionadas entre 31 y 54% y de personas fallecidas entre 41 y 94%.
Baja cobertura y lenta expansión
El estudio destaca que las dos ciudades mexicanas, en contraste con la brasileña, “enfrentan un problema de baja cobertura y lenta expansión” en sus programas de fotorradares. En el caso de la capital del país, la cobertura es de ocho por cada 100 kilómetros de vías primarias, mientras que en la ciudad tapatía sólo es de tres por la misma distancia.
“La reestructuración del programa de fotomultas a fotocívicas en la CDMX tuvo efectos positivos al inicio. En 2019 la presencia de radares redujo entre 7 y 15% el número de personas lesionadas y en 2020 entre 8 y 15%. Sin embargo, para 2021 el efecto se diluyó, pues el número de siniestros fue el mismo que antes de la expansión del programa en 2018”, sostiene el estudio.
El nuevo programa incluyó sistemas de medición que cuentan con un letrero para que el conductor ubique el radar, tome conciencia de la manera en que maneja por las calles y recuerde el Reglamento de Tránsito.
En el caso de Guadalajara, el efecto de los radares para el periodo analizado (2015-2022) no fue “estadísticamente significativo”. El estudio indica que los siniestros esperados con personas lesionadas en un segmento con radar son similares al de uno sin intervenir.
El ITDP refiere que lo anterior puede ser explicado por una dinámica similar a la Ciudad de México de disipación de los efectos en el tiempo: el programa inició en 2011 y la mayoría de los radares (64.4%) fueron instalados antes del periodo analizado. Además, señaló que la cobertura del programa es aún limitada comparada con otros casos de estudio, a pesar de los esfuerzos de expansión en años recientes.
“Aunque hay una tendencia generalizada de reducción de siniestros en el Área +Metropolitana, el programa no parece explicar sustancialmente estas mejoras en la seguridad vial”, acota.
Recomendaciones
Además de los resultados del análisis, el ITDP formuló recomendaciones para mejorar el funcionamiento de los programas de fotorradares a través de cuatro ejes:
• Implementar medidas de gestión de velocidad, entre ellas, establecer límites seguros e invertir en infraestructura física para mejorar intersecciones y generar estrategias para pacificar el tránsito.
• Instalar fotorradares de manera estratégica considerando los puntos de alta siniestralidad y de exposición a usuarios vulnerables, así como ampliar su cobertura con apoyo de otros mecanismos de fiscalización.
• Generar un esquema de sanciones económicas o mixtas ligado a un sistema de puntos, así como establecer candados en el cumplimiento de sanciones que sean acumulativas para conductas reincidentes.
• Fortalecer la gobernanza del programa a través de la consolidación de padrones de licencias de conducir, infracciones y registros vehiculares, así como desarrollar capacidades institucionales y de coordinación.
• Diseñar mecanismos de financiamiento que aseguren la expansión y el fortalecimiento del programa
Otro tipo de estrategias
El Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (STConapra) de la Secretaría de Salud federal informó esta semana que el 66% de lxs conductorxs en México no respetaron los límites de velocidad, incrementando no sólo la posibilidad de ocasionar un siniestro, sino también el riesgo de lesiones graves o fallecimientos.
Al participar en la Semana de la Seguridad Vial 2024 de la ONU, el titular del STConapra, Raúl Gómez Torres, precisó que se requiere homologar a nivel local lo establecido en la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que indica que la velocidad máxima en vialidades donde se encuentran escuelas, hospitales y albergues debe ser de entre 20 y 30 kilómetros por hora.
+Datos
- 44 personas fallecen cada día en México a consecuencia de un siniestro vial
- Los fotorradares son una herramienta para fiscalizar el cumplimiento de los límites de velocidad. Las sanciones deben considerarse legítimas, estrictas y probables