Dos de los efectos más visibles de la gentrificación son las rentas caras y las personas desplazadas de sus hogares
Por Eduardo Alavez y Miriam Castillo*
La gentrificación de las colonias céntricas de la Ciudad de México puede parecer un fenómeno nuevo a causa de la llegada de lxs nómadas digitales, pero en realidad es un proceso que arrastra décadas. Aunque hay similitudes, los procesos también tienen sus particularidades según la colonia. Aquí cuatro casos emblemáticos.
La Roma: gentrificación de décadas
Podría decirse que la Roma inició a causa de otro proceso de gentrificación. Nacida en 1903 durante el gobierno de Porfirio Díaz, se concibió como hogar para las clases altas. Las guerras mundiales incrementaron la ola migratoria y enriquecieron el carácter multicultural del barrio.
Entre los años 40 y 50 se asentaron empresarixs de clase media de varios estados del país, pero en 1942 el presidente Manuel Ávila Camacho implementó una medida que impactó a la colonia: las rentas congeladas. Esto produjo el deterioro de edificios, cuyos dueñxs descuidaron el mantenimiento. El paisaje cambió: llegaron los multifamiliares y se transformó en un barrio clasemediero.
Luego vino el sismo de 1985. Con él se derrumbó el glamour de la Roma, sus primerxs habitantes huyeron y la vivienda se pauperizó. Pero en 1990, Carlos Salinas de Gortari levantó el congelamiento de rentas y el mercado inmobiliario entró en auge.
Esto se cruzó con otro fenómeno: a partir del 2000, las nuevas generaciones, que ya no recordaban el terremoto, le perdieron el miedo a la Roma. El boom de la oferta de servicios, los bajos costos de renta y la ubicación terminaron por atraerlas.
Durante dos décadas, la Roma se afianzó como una colonia cool para lxs millennials de clases medias altas y altas, que desplazaron a pobladores originales. Para cuando llegó la pandemia de COVID-19, el home office y lxs nómadas digitales, ya era suelo perfecto para el fenómeno que hoy vive.
Los incomparables sueldos de lxs extranjerxs permiten que lxs arrendadorxs suban el alquiler. De acuerdo con Carlos Arias, vocero de Inmuebles24, el promedio de las rentas en la alcaldía Cuauhtémoc está en $24,456 mensuales, pero en la Roma hay departamentos que superan los $50,000 por mes.
Es, además, el barrio con mayor oferta de alojamiento temporal, dirigido a extranjerxs que vienen a vivir a la ciudad: de acuerdo con el mapa creado por Jerónimo Monroy, en la Roma Norte y Sur hay 3,383 inmuebles bajo este esquema.
Centro Histórico: la gentrificación que no fue
La historia inició con una inversión del Estado. En agosto de 2001, el gobierno federal y el de la CDMX comenzaron un plan de rescate del Centro Histórico, luego del abandono que sufrió tras el terremoto de 1985. Se pretendía reordenar el ambulantaje, disminuir la inseguridad, reconstruir vecindades y fincas de valor histórico y renovar la infraestructura de la zona para volverla más habitable.
Con la inyección de recursos creció el número de locales, los giros se modificaron y se abrieron varios foros culturales, bares y centros de conciertos. Entre 2006 y 2012 se dio un fenómeno breve en el que se volvieron a ocupar viviendas en las calles que rodean al Zócalo. Sin embargo, durante el gobierno de Miguel Angel Mancera la inversión pública disminuyó y la ola de ocupación se perdió.
Según los académicos, el Centro Histórico tiene una complejidad que impide que el proceso de gentrificación termine de cuajar: vendedorxs ambulantes, problemas de circulación, contaminación, tenencia, y sobre todo patrimonio histórico, cuya conservación requiere cumplir reglamentaciones que encarecen el mantenimiento.
Eso genera que la gente no regrese a vivir al Centro, a pesar de la reinversión, el embellecimiento y las actividades culturales. La zona no recuperó habitantes, aunque sí incrementó el valor de su suelo.
Colonia Juárez: otra clase de gentrificación
La Juárez es una de las primeras colonias que padeció gentrificación. Cuando se fundó, en 1906, tenía una fuerte influencia de los arquitectos porfiristas que querían tener construcciones para las familias adineradas cerca de la zona central de la ciudad, pero en lo que entonces eran “las afueras”.
Funcionó así durante un periodo largo hasta que colonias como Polanco y Lomas de Chapultepec fueron preferidas por las clases altas para vivir. Además, el sismo del 85 provocó que muchas viviendas quedaran vacías. Después del terremoto, una clase trabajadora logró instalarse en la colonia y la ocupó durante un buen tiempo hasta que comenzaron las inversiones públicas alrededor de 2005.
El impulso de los gobiernos federal y local revitalizó la zona, pero dejó fuera a las personas de clases media baja y baja que vivían ahí. Luis Alberto Salinas, investigador de la UNAM, documentó que inmobiliarias desalojaron a vecinxs de edificios que fueron demolidos para hacer estacionamientos de construcciones nuevas. La gente se quedó en la calle, buscando dónde vivir.
Santa María la Ribera: gentrificación “a la mexicana”
Quienes estudian el fenómeno enlistan varias características que debe tener un proceso para considerarse como gentrificador: una inversión del Estado o de privados, desplazamiento de la población original, la aparición de comercios que obedecen al nuevo mercado. Así ha funcionado en la Roma o la Condesa.
Pero en Santa María la Ribera el proceso tiene algunas diferencias. Si bien hay nuevas construcciones y comercios, hay también vivienda de interés social y sus habitantes resisten la presión inmobiliaria. Así es como conviven distintas clases sociales en espacios comunes como la alameda de la colonia.
Adrián Hernández Cordero, académico que ha estudiado la zona, explica que la diferencia con otras colonias es que había terrenos vacíos que fueron ocupados sin desplazar a toda la población.
“Hay una vida más barrial. Entonces, ya hablamos de democratización. Hay algo que está vinculado con la diversidad, y si le queremos ingresar la variable internacional, vemos que en este caso la gentrificación e internacionalización han detonado elementos de encuentro cultural, como es la alimentación”, dice.
En sus calles hay una mezcla antigua de restaurantes de comunidades de otros países y esa convivencia ayuda a ampliar criterios y al proceso democrático en la colonia, añade el sociólogo de la UAM.
+Datos
- 8 de las 10 colonias con más departamentos en renta por Airbnb están en la alcaldía Cuauhtémoc
- 3,383 inmuebles bajo esquema de alojamiento temporal hay en la colonia Roma
- Hasta $50,000 mensuales se puede pagar de renta por un departamente en la Roma
*Texto adaptado para + Chilango