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10 de octubre 2024
Por: Xally Miranda

Hay que priorizar la salud mental en el entorno laboral

En México existe la NOM-035, centrada en el tema, pero aun así falta entendimiento y mayor interés en su implementación

Lo que algún día se mostró como una nueva y vibrante oportunidad para desarrollarte a nivel profesional, hoy ya no lo es. La rutina te ha consumido, empiezas a arrastrar tareas o sientes que te ahogas en ellas, comienzas tus actividades con mayor dificultad cada vez, te empiezas a preguntar qué tan importante es tu trabajo y te sientes decepcionado de tu empresa y de ti mismo, estás irritable o triste, llegan los dolores de cabeza o problemas gastrointestinales y para dormir (o todo en combo) y a ello se suma la fatiga de lidiar con el acoso laboral de parte de tus superiores y compañerxs.

Si te has identificado con algunas o varias de las situaciones, es probable que ya estés viviendo los síntomas de la insatisfacción, el estrés o el burnout laboral (no son lo mismo).

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) destaca que un 75% de lxs trabajadorxs en el país padecía fatiga por estrés laboral desde antes de la pandemia. Mientras que, en fechas más recientes, firmas como Betterfly hablan de que cuatro de cada 10 sufren algún grado de estrés laboral. Aun así, la salud mental en el trabajo sigue requiriendo atención.

Y también a nivel internacional. Tan es así que en el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este 10 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eligió como lema de este año: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”, para recordar que los entornos seguros y saludables “pueden actuar como un factor protector para la salud mental”.

En la NOM-035

Específicamente aquí, la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018 (abreviada como NOM-035) pone los puntos rojos en los factores de riesgo psicosocial (condiciones laborales que pueden afectar la salud mental y física de lxs empleadxs). Es aplicable a todos los centros de trabajo y establece obligaciones para que las organizaciones procuren la salud de su recurso humano.

“Está enfocada en identificar, analizar y prevenir factores de riesgos psicosocial, lo que significa que es una norma principalmente de tipo preventiva que procura adelantarse a los efectos de varios factores de riesgo psicosocial como el exceso de cargas de trabajo, las largas jornadas laborales, el liderazgo negativo y las relaciones negativas en el trabajo como la violencia en los entornos organizacionales”, explica la Dra. Juana Patlán en entrevista.

Como profesora en la Facultad de Psicología de la UNAM e investigadora enfocada en psicología organizacional y salud ocupacional, la Dra. Patlán expone que, en ese sentido, entre más se prevengan los efectos negativos, más se contribuye a que los y las trabajadoras tengan bienestar, calidad de vida e incluso salud física y social, no sólo mental.

Sin embargo, desde su punto de vista, la NOM-035 tiene algunos problemas. “La intervención psicosocial tiene tres niveles: preventiva, paliativa (cuando tiene los síntomas) y curativa (cuando existe un problema de salud). Pero la Norma maneja sólo dos tipos, medidas preventivas y de control. Incluso dice que cuando se tenga riesgo alto o muy alto, se debe hacer un programa de intervención.

“Lo que hemos analizado es que más bien debería de haber dos normas, una para el diagnóstico y otra para la intervención, de tal manera que se marquen bien los niveles para que pueda establecerse mejor qué hacer en casos donde ya haya personas con depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático por algún evento laboral. Yo creo que sí lo dice, pero depende de que el centro de trabajo lo implemente”, comenta la especialista.

Un argumento similar se desarrolla en la nota de 2023 “Lo bueno, lo malo y lo feo de la NOM-035 a cinco años de su publicación”, del periodista Gerardo Hernández.

En ella se menciona que “lo malo” es que algunos patrones se resisten a implementarla principalmente por no comprenderla. Y en “lo feo” cita al Observatorio de Factores Psicosociales y Bienestar Organizacional (Ofapsi) para subrayar los abusos y confusiones en su cumplimiento, tales como la imposición de actividades de mindfulness o coaching, que no resuelven los problemas.

La Dra. Patlán considera que lo que hace falta en los centros laborales son programas o modelos de salud ocupacional que incluyan la salud mental. También ve como alternativa la creación de departamentos o áreas enfocados en ello.

Y recomienda a los centros de trabajo incentivar una vida saludable mediante el ejercicio, la buena alimentación, relaciones interpersonales sanas entre compañerxs y entre jefxs y subordinadxs, y entornos laborales agradables y positivos con atención a la eliminación de la violencia y el acoso. “Para no decir ‘se redujo en un 20%’, sino para erradicarlo”, concluye.

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