Antes de popularizarse en las comidas con mariscos o como remedio para la cruda, el Bloody Mary apareció en el lugar que menos te imaginas. ¿De verdad preparas bien este coctel?
Por Cristina Salmerón
¿Cuándo nació?
Se creó entre los 1920 y 1930, pero cobró fama un par de décadas después. Como la mayoría de los cocteles, existen varias teorías sobre el origen de la bebida, pero es el barman francés Fernand Petiot, del New York Bar de París, quien afirmó haber inventado el Bloody Mary en 1921.
¿Por qué se llama así?
Su nombre se ha asociado a varias figuras históricas, particularmente la reina María I de Inglaterra, apodada “Bloody Mary” (“la sangrienta María”) por intentar restablecer la Iglesia católica en Inglaterra y en ese camino mandar a la hoguera a 273 personas.
¿Qué lleva?
Es un coctel aperitivo, su sabor salado, ácido y fresco hace que entren ganas de comer, pero también se toma por las mañanas como remedio para la cruda. Contiene vodka, jugo de tomate, jugo de limón, especias y condimentos como salsa inglesa y salsas picantes; se puede adornar con hierbas como apio, aceitunas, vegetales encurtidos y suele llevar sal en el escarchado.
¿En qué se prepara?
Se prepara siempre en vaso mezclador, no en coctelera. En el vaso se agregan los ingredientes y se remueve suavemente con una cucharilla larga, sin agitar. Es irónico, pero aunque tenga un origen europeo, su sabor está ligado emocionalmente a climas cálidos, nos remonta mucho a un ambiente de playa.
¿Otras versiones?
Es uno de los llamados “clásicos” que han permanecido en los menús de bares alrededor del mundo y, por lo mismo, sus versiones abundan. Están el pargo rojo (o Bloody Margaret), la Virgen María, el Vampiro, el César y la Michelada.
¿Y la michelada?
La llamada michelada cubana coquetea con el Bloody Mary: llevan como base jugo de tomate, salsas, limón y un palito de apio, pero en México no se usa vodka sino cerveza para el toque etílico.
Si se te antoja uno…
Pero no tienes los ingredientes, te recordamos que es un clásico de los bares, por lo que no sufrirás para conseguirlo en sus distintas versiones. No obstante, el restaurante español Tatel (Masaryk 183, col. Polanco) tiene su propia receta que vale la pena probar. Se trata del Sherry María, que lleva gazpacho y notas de albahaca; es sumamente refrescante. Se adorna con un tomatito cherry y con tomillo que da un aroma especial.
*Texto adaptado para +Chilango