La condición de maternidad de una mujer no tiene porqué estar relacionada con su estado civil o sus vínculos con una pareja o el padre de lxs hijxs, de acuerdo con diversos organismos
Madres solteras es el término común con el que se suele nombrar a las mujeres en México que se hacen cargo de la crianza de sus hijas e hijos, sin la intervención del padre o ante la ausencia de éste.
No obstante, para algunas mujeres esta forma de ser nombradas puede ser revictimizante, pues la condición de madre no implica necesariamente un estado civil, ya que existen una diversidad de maternidades cuya decisión de crianza no está relacionada con la existencia de una pareja o matrimonio ni se define por los lazos afectivos que tenga con el padre de las infancias.
De acuerdo con Flor Itzé Ramírez Godínez, titular del Área de Política de Igualdad de Género de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el término “madre soltera” es errático porque contribuye a la estigmatización que profundiza la discriminación en contra de las mujeres.
La Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México (Semujeres), afirma que “la maternidad se ha llegado a considerar un elemento esencial de la feminidad que conlleva a relacionar la palabra mujer con el hecho de ser madre.
Un destino biológico que articula su capacidad reproductiva, la vida en pareja heterosexual bajo la institución del matrimonio y la necesidad de asegurar una descendencia legítima y la continuidad de la familia y la sociedad. Establece además una gran responsabilidad sobre la crianza y los cuidados de las hijas e hijos, el mantenimiento de los hogares, la preparación de la comida, la limpieza, el lavado de la ropa, la compra y preparación de alimentos, entre otras.
En consecuencia, las mujeres que son madres, deberían cumplir con un modelo de maternidad institucionalizado por roles y estereotipos de género, creados y aceptados socialmente. Aquellas que deciden no ser madres o no pueden serlo por múltiples condiciones, se enfrentan a una sociedad que las califica de egoístas e incompletas”.
Dejando de lado el estado civil de las mujeres que son madres, un concepto que se usa cada vez más es el de madres autónomas, al referirse a aquellas que se hacen cargo de la crianza de su progenie, pero que también pueden llegar a cubrir todo lo demás.
Algunos tipos de maternidades
Para la Semujeres, algunas de las formas de maternidad que han cobrado relevancia en los últimos tiempos son:
- Maternidades en los procesos de acogida o adopción: rompe con el ideal de la maternidad biológica, constituyendo un vínculo afectivo sin ser genético.
- Maternidades en solitario/por elección: un proyecto de autonomía, de iniciativa propia y por tanto, no significa un proyecto en soledad, sino una identidad familiar diferenciada.
- Maternidades migrantes: sin atribuirle a la emigración de las mujeres la destrucción familiar, las madres migrantes activan distintas funciones y prácticas en dos puntos geográficos, coordinadas y compartidas con la red de parentesco más amplia.
- Maternidades tardías: se enfrentan a los ritmos biológicos y sociales que marcan las normas que prescriben las condiciones idóneas para ser madres, al retrasar la maternidad o no ser madres.
- Maternidades lésbicas: se comparte el rol maternal, el cuidado cotidiano y los vínculos afectivos con las hijas e hijos. Estas co-maternidades lésbicas representan otra forma de reinventar la familia, dando paso a las denominadas “familias elegidas”.
- Maternidades subrogadas: el uso de las biotecnologías, la gestión para otras. Es un proceso que pone en duda la gratuidad de la función materna, la naturalización del partonacimiento y contribuye a reflexionar sobre el indisoluble vínculo entre madre e hijas e hijos.
Aportación a la economía
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, hasta el cuarto trimestre de 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más, de las cuales el 67% (38 millones) eran madres. Además, 11% de este último grupo, eran autónomas; es decir que al menos 4 millones 180 mil hogares subsisten gracias al trabajo de una madre autónoma. Para la misma fecha, siete de cada 10 madres solteras eran económicamente activas y 97 % de ellas estaban ocupadas.