¿Es mejor? Al menos en la CDMX sí, según un artículo que recién publicó la exsecretaria de Salud capitalina, Oliva López. Te contamos por qué
Por Eridani Palestino y Alberto Rivera
En la pasada administración de la Ciudad de México (2018-2024), el Sistema de Salud público experimentó una “transformación radical” para garantizar el derecho a la salud y la rectoría del sistema médico-sanitario en la entidad, conformado por una planta laboral de 36,000 trabajadorxs.
Este proceso correspondió al diseño de un proyecto de magnitud nacional en la materia, lo que a nivel local representó un compromiso continuo y permanente con la garantía de los derechos, las libertades y la democracia, de acuerdo con Oliva López Arellano, extitular de la Secretaría de Salud capitalina (Sedesa).
En su artículo “La transformación del sistema público de salud en la Ciudad de México”, publicado en la última edición especial de la revista científica Salud Pública de México, resalta que la Sedesa no se limitó a atender enfermedades a través de servicios médicos, también desplegó acciones en los territorios para contribuir a la producción de entornos y comunidades saludables.
López Arellano señala que la implementación del nuevo esquema de salud implicó cuatro momentos coyunturales: incorporar el modelo Salud en tu Vida en la ley local y ponerlo en marcha; enfrentar la pandemia de COVID-19 y reorganizar los servicios de salud; concluir la transferencia de los servicios de atención médica a Servicios de Salud IMSS-BIENESTAR; y fortalecer la capacidad y las funciones de la rectoría de la Secretaría de Salud de la CDMX.
Atención primaria
La administración desarrolló un modelo basado en la atención primaria a la salud (APS) denominado Salud en tu Vida (2019), a fin de enfrentar “la segmentación histórica del sistema” y “los impactos negativos que las reformas neoliberales tuvieron sobre las instituciones públicas de atención médico-sanitaria”.
Salud en tu Vida, que posteriormente quedó plasmado en la nueva Ley de Salud de la Ciudad de México, aprobada en agosto de 2021, impulsó una política “de doble vía” para fortalecer los servicios e incrementar la disponibilidad y el acceso a la atención médica gratuita.
Con ello, también se promovió la prevención de enfermedades y la detección temprana, con estrategias como las brigadas de Salud en tu Casa y Salud en tu Escuela.
Sin embargo, cuando la transformación del sistema de salud estaba ocurriendo, inició la pandemia de COVID-19. Sin perder la perspectiva del modelo y sus directrices, se implementaron acciones para hacer frente a la nueva enfermedad.
Retos ante la pandemia
Las defunciones por coronavirus, como lo notificaron varios sistemas de salud en el mundo, estaban asociadas a la elevada prevalencia de comorbilidades como la obesidad, diabetes e hipertensión. De acuerdo con López Arellano, la pandemia exacerbó la vulnerabilidad y las inequidades sanitarias existentes en la zona metropolitana como consecuencia de las desiguales condiciones de vida y de salud.
A partir de esto, con evidencia científica y la revisión de prácticas internacionales, arrancó una estrategia de atención que mantuvo los principios de la APS para enfocarse en: salvar vidas, atender casos graves, garantizar una cama de hospital para quien lo requiriera y reducir los contagios.
Entre las acciones tomadas resaltan la reconversión hospitalaria y habilitación de unidades temporales; la aplicación de 6 millones de pruebas gratuitas; vacunación masiva; y la compra de equipo de protección, monitores y ventiladores.
López Arellano destaca que el inicio de la recuperación de los servicios comenzó en 2022, mientras que desde marzo de ese mismo año la vacunación anticovid forma parte de la actividad regular de los centros de salud.
Transferencia al IMSS-BIENESTAR
Cuando se superó la fase intensiva de la vacunación, señala López Arellano, el gobierno federal continuó con la transformación del sistema de atención médica con la integración de los servicios dirigidos a la población sin seguridad social laboral en una sola institución y asegurando abasto, personal, equipo e infraestructura.
En septiembre de 2022, el gobierno local firmó un acuerdo de coordinación con el nuevo organismo público descentralizado, denominado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-BIENESTAR).
Además de las acciones desplegadas para contener las seis olas de COVID-19 entre 2020 y 2023, también se llevaron a cabo Ferias del Bienestar y se construyó la Unidad de Salud Integral para Personas Transgénero. Para atender los efectos de la pandemia, el Instituto de Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) implementó programas dirigidos a la salud mental.
Fortalecer a la Sedesa
López Arellano menciona que durante 2023, el gobierno capitalino monitoreó el abasto y el avance del trabajo conjunto de los equipos de Sedesa, IMSS e IMSS-BIENESTAR.
Se aceleró la firma de convenios para transferir los servicios médicos al IMSS-BIENESTAR y se aprobaron proyectos de inversión para hospitales y centros de salud. Otra acción fue el proceso de basificación para el personal médico y paramédico. En total 6,059 trabajadorxs obtuvieron estabilidad laboral, mejora salarial y prestaciones de ley.
Avances en servicios de salud
Durante su última comparecencia ante el Congreso de la Ciudad de México, como parte de la glosa del sexto Informe de Gobierno, la extitular de la Sedesa reconoció que aún falta mucho por avanzar en el sistema de salud local.
Sin embargo, resaltó que existen mejoras en equidad, calidad, equipamiento, abasto y una serie de componentes que no solamente garantizan el derecho a la protección de la salud, sino que inciden en los determinantes sociales.
230 centros de salud ampliaron su horario y días de atención que incluyen sábados y domingos