Foto: Orgullo Loco Mx

1 de agosto 2024
Por: Redacción

Red Orgullo Loco: la lucha por los derechos de las personas psiquiatrizadas

El movimiento reivindica a los usuarixs y exusuarixs de los servicios de salud mental, neurodivergentes y con discapacidad social

Por Brenda Raya*

De entre tantas manifestaciones que suceden en la Ciudad de México, la ocurrida la tarde del sábado 27 de julio es especialmente particular. La Marcha del Orgullo Loco es apenas un pequeño grupo de personas que por sexta ocasión tomó las calles. Bajo una insistente lluvia, entre impermeables y paraguas compartidos, se escuchan fuerte las consignas: ¡No hay salud mental, sin justicia social! ¡Se va a acabar, se va a acabar esa costumbre de encerrar!

Con una ruta corta, de la Columna de la Independencia a la Estela de Luz, esta singular manifestación nombra en primera persona experiencias de usuarixs o exusuarixs del sistema de salud mental, también renombran calles honrando la memoria de personajes que habitaron de manera destacada la diversidad psicosocial y que fueron perseguidxs o encerradxs por ello.

Víctor Lizama, portavoz de la red Orgullo Loco, cuenta el origen de esta iniciativa en entrevista para + Chilango:  “La red nació en 2019, primero en la Ciudad de México y a partir de hace dos años buscamos tener presencia en todo el país.

Es un colectivo y movimiento social de personas psiquiatrizadas, o sea con discapacidad psicosocial, usuarias, exusuarias, sobrevivientes de la psiquiatría, que se identifican como locas o neurodivergentes, que buscan el pleno respeto de sus derechos. Particularmente cuestionando las prácticas que existen en los servicios de salud mental, las instituciones, disciplinas y todo lo que deviene del modelo biomédico de atención a la salud mental.”

Agenda pendiente

“¡Señor, señora, no sea indiferente, se encierran a los locos en la cara de la gente!”. Lo cierto es que la marcha no deja indiferente a nadie. La gente mira con asombro y burla. Manifestarse contra los manicomios es, por decir lo menos, inusual.

Esas reacciones confirman uno de los propósitos de la marcha, como lo explica Lizama: “A las personas con discapacidad se nos ha negado el derecho a la ciudad, el derecho a estar en la vía pública, a sentirnos parte del entorno; y en el caso de las personas con discapacidad psicosocial no sólo por falta de accesibilidad física, cognitiva o sensorial, sino porque los estigmas que se asocian a tener un diagnóstico psiquiátrico hace que la mayoría de las personas estén en sus casas, institucionalizadas, o a lo mejor vivan en situación de calle pero ausentes de una vida en comunidad desde el vínculo social. Lo que se busca principalmente es visibilizarnos, crear colectividad y colocar en la agenda pública los temas que tienen que ver con nosotras y nosotros, los derechos de las personas con discapacidad psicosocial”.

Visibilizar historias

En el recorrido se presenta un performance, lectura de poesía y se leen testimonios de sobrevivientes a la psiquiatrización. Una mujer toma el micrófono: “El poder lo siento como una contención forzada, una donde fui amarrada a una cama con cadenas de cuero. El olor a pastillas también me acompaña desde entonces en mi quehacer artístico, durante años perdí mi agencia y cedí a la obediencia. Vino la locura, pero también vino el arte en todas sus posibilidades, ahora mi deseo es hacer presente a la locura desde el amor…”

Entre las historias elegidas para renombrar las calles destaca la de Carlos Castañeda, quien el 5 de febrero de 1970 cometió un atentado contra el entonces presidente de México Gustavo Díaz Ordaz.

En el altavoz se da lectura: “Con la intención de silenciar por completo el atentado contra el presidente, en un juicio plagado de irregularidades donde fueron cómplices funcionarios del sistema de justicia y de salud, fue declarado enfermo mental, aislado en el pabellón seis durante cuatro años y en total recluido durante 23 años en el hospital psiquiátrico Samuel Ramírez. Sus últimos años de vida vivió en las calles y murió atropellado ¡Carlos Castañeda presente, hasta la locura siempre!”.

La historia de Rita Patiño también resuena, una mujer rarámuri que viajó desde su comunidad en la Sierra Tarahumara hasta Kansas, donde fue detenida por la policía y encerrada en un psiquiátrico durante 12 años, por el simple hecho de que no  comprendían su lengua.

Cambios de fondo

La jornada concluye en la Estela de Luz rompiendo una piñata que representa una institución; este año es el Instituto Nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente. Lxs participantes pisotean simbólicamente el edificio de cartón.

“El gran problema de los servicios de salud mental es el desbalance de poder que hay entre las autoridades, psiquiatras y las personas usuarias. Eso es lo que hay que cambiar en el fondo, que haya una relación más horizontal, más de diálogo, donde la persona usuaria esté en el centro, pero donde también sea reconocida como experta por experiencia”, dice Víctor Lizama.

La información de las actividades de la red se pueden seguir en Orgullo Loco Mx en Facebook, Instagram y TikTok.

*Cronista, geógrafa e integrante del Colectivo Callejero.

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