Foto: Brenda Raya/Tonatiuh Martínez Moreno

26 de diciembre 2024
Por: Redacción

Sierra Santa Catarina, una cadena de volcanes amenazados por la urbanización

La explotación minera, los vertederos a cielo abierto o la extracción de agua por parte de la industria son algunos factores que ponen en riesgo su existencia

Por Brenda Raya

Los volcanes son manifestaciones de la naturaleza tan impresionantes que la humanidad ha buscado explicar desde tiempos remotos. En México esta fascinación quedó registrada en documentos históricos y expresiones artísticas, como las pinturas del Dr. Atl o José María Velasco, quienes inmortalizaron (cada quien a su estilo) volcanes y paisajes cuando la urbanización no era un obstáculo para contemplarlos. 

Cuando se piensa en un volcán viene a la mente un cono elevado del cual sale humo o fuego, como si estuvieran siempre activos, y es por ello muchos son confundidos con cerros. La Sierra Santa Catarina, al oriente de la ciudad, cuenta con varios volcanes que recientemente se han popularizado gracias a iniciativas de corte turístico. 

En tiempos prehispánicos era llamada Sierra de Ahuízotl, nombre que hace referencia a un anfibio, por la forma emergida que la serranía tenía sobre los grandes lagos. Está compuesta por cerros y volcanes monogenéticos, es decir, que experimentaron una erupción y permanecen inactivos.

Los volcanes han sido la fuente de material pétreo desde la época prehispánica, pues se ha identificado que tanto los basaltos como el tezontle, con los que se construyó el Templo Mayor, provienen de la llamada Península de Iztapalapa.

Este conjunto de volcanes, que comparten frontera entre Iztapalapa, Tláhuac y el Estado de México, son identificados como Yuhualixqui, Xaltepec, Tetecon, Mazatepec, Tecuatzi y Tetlamanche.

La importancia de esta sierra radica en que es un territorio de áreas verdes, que a su vez es hogar de fauna y flora silvestre y, lo más importante, es que su superficie es esencial para la recarga de agua subterránea.

En 1994 se decretó como Área de Natural Protegida bajo la categoría de Zona Sujeta a Conservación Ecológica. Sin embargo, el decreto no sirve de mucho sin la participación social, el compromiso y seguimiento de las autoridades.

Iniciativas sociales de gran impacto

La juventud comprometida del oriente ha emprendido una labor de gran impacto para la conservación de la región. + Chilango diario platicó con Tonatiuh Martínez Moreno, integrante del colectivo Yo Defiendo la Sierra Santa Catarina, un grupo de jóvenes que desde 2020 impulsa actividades recreativas y formativas que devinieron en un proyecto social que promueve la conservación de la sierra como complejo biocultural de la región. 

En la pandemia, este grupo se reunió para realizar huertos y actividades culturales. Entonces se nombraron Colectivo Evolución Urbana y en ese mismo año ganaron el Premio de la Juventud al Mérito Cívico, Político, Ambiental. Un día decidieron subir el volcán La Caldera o Cuexomatl, que sería su primera caminata no oficial. 

En 2021 hicieron otras caminatas, al lado de colectivos y personas de confianza. La iniciativa creció y para 2022 se creó formalmente otra ramificación de Evolución Urbana, que ya contemplaba entre sus actividades las caminatas. 

“Nos hemos capacitado en primeros auxilios, mapear zonas con la ayuda de las aplicaciones con GPS nos permite identificar la altitud en la zona”, comenta Tonatiuh. Todo esto ha ido profesionalizando su quehacer, al punto que instituciones como la UNAM y la UACM han recibido sus propuestas con beneplácito, logrando colaboraciones con académicxs y estudiantes interesadxs en la conservación.

Turismo de la pobreza 

Esto que las ciencias sociales definen como turismo de la pobreza o turismo slum, implica realizar recorridos en zonas empobrecidas de las ciudades. Los paseos pueden ser sobre conflictos sociales, características históricas de los lugares o sencillamente la vida cotidiana de las comunidades donde el gran atractivo es la pobreza. En la CDMX se ha hecho más visible a partir de la pandemia y lo experimentan lugares como Tepito o la Merced. 

Iztapalapa no es la excepción y bajo la oferta de sobrevolar el barrio más grande de México hay empresas que cobran poco más de $700 por un paseo en el Cablebús. 

La llegada de estos medios de transporte acrecentó este proceso, como lo explica Tonatiuh: “Algo que se notó en la sierra es esa doble cara de la moneda que implica que el gobierno haga obra pública, como las Utopías, el Cablebús y el Trolebús, que benefician la calidad de vida de la comunidad, pero que también trajeron el fenómeno de la gentrificación a Iztapalapa”. 

Otro problema en esta alcaldía es el de asentamientos irregulares, muchos de ellos en zonas de conservación ecológica. Esto se ha multiplicado en los últimos años, ya que este proceso de turistificación ha encarecido las rentas considerablemente, por lo que la gente tiene que buscar nuevos sitios para vivir.

La minería también es una amenaza, ya que ha devastado considerablemente los volcanes, algunos como el Yohualixqui han perdido hasta 60% su estructura original debido a la explotación permanente del tezontle. 

Tonatiuh enfatiza que el problema de la conservación es complejo, “no sólo son los paracaidistas, como suele decirse, existen vertederos a cielo abierto, extracción de agua por parte de la industria, la minería, la pérdida del suelo de conservación, el crimen organizado”.

Para él y su colectivo la importancia de realizar estas caminatas y actividades de divulgación sirven para “acercarse a los vecinos, concientizarlos de que viven en un volcán, en una reserva ecológica, pues no podemos seguir devastando lo poquito que queda de la reserva”. 

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