Foto: Warner Bros. Discovery

Todo sea por las criaturas…

Por: Xally Miranda
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Si no has visitado a tus padres en mucho tiempo o aún dependes de ellos, tienes que ver El precio de educarlos

Los conta Rebolledo están pasándola mal: sus bendiciones, esxs hijxs por lxs que dieron todo, se han distanciado de la familia. Ni a la cena de Navidad ni a la celebración de sus propios cumpleaños asisten. La fecha que siempre respetaban, el Día de las Madres, que coincide con el natalicio del patriarca, este año va a ser saltada. ¿Qué hacer cuando las criaturas ya no quieren ni asomarse al nido?

En el caso de esta pareja de contadores, la solución estará en llamar su atención fingiendo que ganaron la lotería. No importa que sus hijxs sean adultxs “autosuficientes”, estos padres están dispuestos a darles una lección pagando El precio de educarlos. Ese justo es el título de la nueva película de Emilio Portes, que cuenta en su elenco con Joaquín Cosío, Angélica Aragón, Michelle Rodríguez y Ianis Guerrero. Ya está disponible en Max.

Para Joaquín Cosío, que interpreta al padre de la familia, la película de gen cómico no entrega lecciones (“no sé si la palabra sea la más correcta”, señala), pero sí deja aprendizaje. “Hay enseñanzas que tal vez, si no son voluntarias, inevitablemente los padres se las damos a los hijos y viceversa. Yo creo que hay una correlación de enseñanza pedagógica muy necesaria, muy importante y muy natural”, comenta en entrevista.

Ianis Guerrero, quien da vida a Marcelo (hijo de la pareja), encuentra que así como los y las hijas no deben ser ingratxs, también estos “se pasan” con los padres al pedirles cosas como niñxs chiquitxs. Y añade: 

“A veces los padres siguen viendo a los hijos como niños a pesar de que sean mucho más grandes, de que ya no vivan en casa y sean adultos jóvenes. Entonces llega un momento en donde les tienes que decir ‘ya deja de educarme’. Es un shock muy fuerte para ellos. Creo que esta es una parte muy bonita de la película, que a la vez que los padres ven cómo sus hijos dejan el nido, ellos mismos tienen que reinventarse hasta como pareja”.

En su trayectoria

Ianis Guerrero no es ajeno a los dramas familiares, pues su versatilidad lo llevó a ser parte de Nosotros los Nobles (2013) e Hijo de familia (2024), que tocan temas con cierta similitud. “Es que yo lo vivo al cotidiano, esto es mi México.

Puede tener muchos problemas [el país], pero lo que me mueve todos los días es tratar de ser un mejor hombre, un mejor padre, tener una mejor familia, una mejor relación con mis seres queridos. A mí me conectan muy profundamente estas películas porque es el tipo de contenido que quiero mostrarle a la gente”, explica.

Por su parte, Cosío ya había trabajado antes con Emilio Portes en Pastorela (2011) y en Belzebuth (2017), filmes que le pidieron rudeza. Por supuesto que ha tenido personajes más tranquilos, pero en sus trabajos recientes, como en El precio de educarlos, el actor aparece más familiar, como padre y como hombre común, fuera del estereotipo.

“Yo no estaría de acuerdo en el estereotipo”, aclara Cosío, “lo que es estereotípico es mi tipo, es decir, yo tengo un tipo rudo, mi volumen, mi rostro… Pero Portes lo ha sabido aprovechar bastante bien”. Pone como ejemplo lo que hizo en Belzebuth, que considera una de sus cintas favoritas.

“El precio de educarlos es muy atípica porque es una comedia familiar, incluso pensaría yo que no va dentro del tipo que normalmente hace Emilio [Portes] y, sin embargo, le queda bastante bien. Es que la labor de un director es dirigir una historia y no necesariamente casarse con un cierto tipo de historias”, resalta.

Tampoco cree que su carrera se dirija hacia algo en específico, sino hacia donde le llamen.  “Los actores nos dirigimos diciendo sí o no, aceptando los guiones. De hecho, hacemos nuestra carrera más con los guiones que rechazamos que los que aceptamos. Mi carrera va hacia donde me requieran, donde pueda encontrar una historia interesante que contar”, asegura.

Cuando los hijos se van

Si has vivido una sensación similar de abandono, es probable que se relacione con el síndrome del nido vacío. Se trata de un proceso de duelo en el que, luego de que unx o todxs lxs hijxs se independizan de la familia, unx de los padres o ambxs pasan por emociones que lxs llevan de la tristeza y el enojo hasta la depresión. Los y las especialistas recomiendan establecer rutinas que fortalezcan la independencia de la persona o la pareja. 

  • Desde el 11 de octubre ya es posible ver en Max El precio de educarlos, basada en la película francesa Mes très chers enfants
  • Joaquín Cosío fue reconocido recientemente en el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) por su trayectoria