Foto: cortesía Ingrid Águila

18 de octubre 2024
Por: Xally Miranda

Tragedia y amor en el corazón de Iztapalapa


La actriz Ingrid Águila nos cuenta sobre Los Reyes de oriente, serie en la que un romance prohibido pondrá a prueba la hermandad entre unos amigos

Javo está decidido: ha llegado el momento de que le cuente a su amigo Santos sobre la mujer de la que está enamorado. Pero cuando se sientan y miran juntos el paisaje de casas de concreto, titubea. ¿Cómo reaccionará si le dice que “su flaca” es su madre? Tal vez si lo hubiera revelado, su apasionado amor no hubiera conducido a una tragedia…

Eso sólo es parte del comienzo de la serie Los Reyes de oriente, que desde su estreno en Netflix (el 25 de septiembre) se mantiene en el Top 10 de la plataforma. La historia dirigida por Pepe Valle (Workers, Las búsquedas) cuenta con actores y actrices como Joshua Okamoto, María Rojo, Mariana Gajá, Elías Toscano e Ingrid Águila. 

Ingrid Águila da vida a Malena, madre de Santos y pareja de Javo, del que a su vez es su madrina. La actriz cuenta que las familias de ambos amigos han creado lazos de hermandad y de amistad que serán puestos a prueba cuando entre en acción el conflicto. No obstante, se suman los problemas personales de cada personaje, como el suyo, que es una madre joven y soltera que luchó por sacar adelante a su hijo.

“[Malena] Se dedicó al 100% a sacar adelante a Santos con muy pocas posibilidades económicas y, sin embargo, lo ha hecho bien. Priorizó la educación de su hijo para que fuera un hombre encaminado por el lado correcto. Si bien Santos está estudiando para formarse como policía, es muy querido por el barrio porque siempre trata de tomar las mejores decisiones; como ejemplo, va a ser el Nazareno en la Pasión de Cristo”, describe en entrevista.

Lo que hay que entender de Malena, comparte, es que sus sueños y deseos se quedaron en segundo plano por priorizar a su familia, por lo que cuando el amor tocó a su puerta se sintió descolocada. Esto, de alguna forma, se refleja en general en la serie, porque la protagonista señala que el amor está muy latente, pero no cree que pueda catalogarse dentro de un sólo tema.

“Más allá de eso, son como los retos que te pone la vida en la adversidad, dentro de los límites del contexto social, de la historia del barrio, de la personalidad de los personajes y de la misma trama. Vamos a ver que estos personajes todo el tiempo deciden desde esa visión, desde el entendimiento de lo que ellos aman, lo que creen que aman, lo que creen que son y lo que creen que debe de ser”, indica.

De Iztapalapa para México, y viceversa

Ingrid Águila nació en Veracruz y creció en Tabasco, pero su llegada a la Ciudad de México fue por elección, asegura. Esta nueva identidad chilanga la llevó a conectar con la zona oriente, más específicamente con Iztapalapa, poco a poco se empapó de su historia prehispánica hasta lo que es habitarla actualmente. Porque, para el rodaje, Pepe Valle tomó a la demarcación “como un personaje más”, menciona.

“Todo se hizo aquí, fue muy cuidado, muy interesante, porque también toda la Alcaldía y las organizaciones estuvieron muy presentes y nos recibieron muy lindo. Hubo capacitaciones incluso de producción de maquillaje e intercambios con los actores que están en la serie y que salieron de la escuela de cine local [Escuela de Cine Comunitario y Fotografía Pohualizcalli]. Fueron casi como dos meses y medio de rodaje”, comenta.

La actriz ha sido parte de películas como Incendios y Angels Inc, además de sumar diferentes papeles para la pantalla chica como en las telenovelas Corazón Indomable y Rafaela, y en las series El César y Papis muy padres, entre otras. Esta es la primera vez que actúa en una producción para una plataforma de streaming.

En el mismo ambiente

Los Reyes de oriente no es la única producción que encontró en Iztapalapa el ambiente perfecto para contar una historia. Otros ejemplos son la película Vaho, de Alejandro Gerber Bicecci, sobre las consecuencias que desató el acto de tres jóvenes en su barrio; Juan Pistolas, de René Cardona Jr., que significó la última vez que Javier Solís apareció en el cine tras fallecer a los 34 años; y la serie Contra las cuerdas, donde la lucha libre y el amor maternal se unen.

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