Conoce las diferencias entre ambos regímenes alimentarios, sus beneficios y cómo empezar con una dieta basada en plantas de forma saludable
Por Natyelly Meneses Arias
Cuenta Felipe Peralta Sánchez: “Comía mucha carne, pero algo dentro de mí me decía que la dejara”, un chilango que decidió volverse vegetariano tras sufrir taquicardias sin causa médica aparente y desmayarse, un episodio que lo hizo reflexionar sobre su salud.
Ahora, además de seguir una dieta basada en verduras, frutas, semillas y legumbres, también abrió Prasadam, un restaurante vegetariano cuyo nombre significa “alimento ofrecido a Dios”, donde asegura que no sólo sirve comida sino también “energía y amor” a sus comensales.
“Quiero tocar sus sentidos; quiero que experimenten que ser vegetariano no es sólo lechuga y zanahoria; es comer bien, sentirse satisfecho y salir con una sonrisa”, afirma Felipe. Como él, cada vez más chilangxs optan por cambiar lo que ponen en su plato, ya sea por salud, por amor a los animales o por cuidar el medio ambiente.
¿Con qué se comen?
Para entender mejor de qué va este cambio de hábitos, platicamos con Ametzin Acosta, psicóloga con maestría en nutrición vegana y vegetariana clínica y deportiva, especializada en psiconutrición, salud emocional y suplementación.
Una dieta vegetariana se basa principalmente en alimentos de origen vegetal, aunque algunas personas incluyen productos de origen animal, como leche y huevo. Por otro lado, el veganismo excluye carnes, huevo, lácteos y miel.
Va más allá de la alimentación, es una postura filosófica, explica Ametzin: “Busca reducir al máximo la explotación animal. No se trata sólo de no comer carne, implica evitar productos de origen animal en cosas como bolsas, calzado, pieles y seda”.
Beneficios
Ya sea vegetariana o vegana, una dieta centrada en el consumo de frutas, verduras, legumbres, semillas y granos tiene beneficios para la salud, afirma la especialista. Entre ellos mejora la digestión, aumenta los niveles de fibra, regula los niveles de glucosa en la sangre y ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de colon, relacionado con el consumo de carnes rojas.
Según Ametzin, de acuerdo con un artículo publicado por la National Library of Medicine, parte de los beneficios de una alimentación vegetal tiene que ver con los componentes bioactivos, inherentes a los alimentos vegetales que funcionan como reguladores clave, con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.
“Algunos ejemplos son los flavonoides, que benefician la salud cardiovascular y tienen propiedades anticancerígenas. Otros componentes son los carotenoides, que protegen contra varios tipos de cáncer y benefician la visión y la piel”, señala.
¿Por dónde empezar?
Felipe y Ametzin coinciden en que lo mejor para hacer el cambio hacia una alimentación vegetariana o vegana es hacerlo de manera gradual. “No se trata de hacer la transición de un día para otro; se puede ir avanzando poco a poco, incorporando más frutas, verduras, semillas y proteínas vegetales”, afirma Ametzin.
¿Qué onda con la proteína?
Una de las mayores preocupaciones al adoptar una dieta vegetariana o vegana es la posible falta de proteína. Sin embargo, Ametzin aclara que la Asociación Americana de Dietética ha confirmado que una dieta vegana bien planificada es nutritiva y puede prevenir varias enfermedades. “Si llevamos una alimentación bien planeada, no hay ningún problema con la proteína vegetal, ya que es completa. Antes se creía que sólo las proteínas animales eran completas, pero hoy sabemos que las proteínas vegetales también lo son”.
*Texto adaptado para + Chilango diario