De visita en la Ciudad de México para participar en la Global Residency de Pictoline, Vincent Mahé platicó con nosotros sobre su trabajo y sus obsesiones.
Vincent Mahé es un ilustrador freelancer parisino, fanático de la arquitectura y de contar historias a través de sus dibujos. Nos confesó que no está acostumbrado a hablar en público ni en entrevistas (tiene miedo de decir tonterías de las cuales se arrepentirá después), y que prefiere que su arte explique todo lo que él tiene que expresar. Su trabajo ha aparecido en publicaciones internacionales como The New York Times, The Wall Street Journal, The New Yorker y Wired.
Amas París, ¿cierto? ¿Encuentras similitudes entre la CDMX y la capital francesa?
Obviamente son ciudades muy diferentes, pero creo que comparten el peso de la historia que puedes “leer” en los edificios. Excepto que París conservó su uniformidad, mientras que en el caso de la Ciudad de México puedes darte cuenta de que ha pasado por terremotos y otros cambios que dieron origen a una gran variedad de estilos arquitectónicos entremezclados. Es mucho más diversa.
¿Por qué te interesa tanto la arquitectura?
Creo que es porque fue de las primeras cosas que dibujé durante mi infancia: casas y edificios. Sigo clavado en eso. Y cuando era adolescente, en algún punto, quise ser arquitecto. Al final me decidí ir por un estilo más ficticio de dibujo, pero mi mejor amigo es arquitecto, entonces sigo conectado a ese mundo.
¿Serías un arquitecto en otra vida?
En otra vida quizá, pero ya no en esta. Veo el trabajo que implica ser un arquitecto normal y que no sea una superestrella. No es un trabajo sencillo si no eres uno de los más reconocidos del medio.
¿Por qué dibujas a las personas que ves a través de las ventanas? ¿Qué valor encuentras en estas imágenes?
Si ves a través de una ventana, obtienes un fragmento de la vida de una persona. Pero es como un juego de adivinanzas, creas tu propia historia con tan solo un vistazo a ese marco. En términos de narrativa es muy interesante hacer tus propias historias con lo que observas.
¿Considerarías que tu trabajo se asemeja al de un narrador o un cuentacuentos?
No realmente, pero ¡ya quisiera! Puedo mejorar eso para el futuro, me veo yendo hacia esa dirección. Siempre trato de ser muy narrativo, intento contar alguna historia o algún sentimiento con mis dibujos.
¿Cómo surgió esta idea? ¿Tiene que ver con cómo empezaste a dibujar?
Aprendí a dibujar cuando era pequeño. Mi hermano era el hiperactivo de la familia y mi mamá siempre estaba corriendo detrás de él, mientras yo era el calmado con mis lápices de colores.
Esta idea específica de las ventanas surgió hace dos o tres años. Amo la ciudad de noche y —si vas caminando por la calle y volteas hacia arriba— podrás ver todas las historias y vidas que están sucediendo en ese instante. Y realmente quería hacer esta serie de ventanas en la noche.
¿Cómo defines tu estilo?
Diría que mayormente urbano y alegre. Depende mucho de lo que esté dibujando, pero siempre hay líneas definidas y de colores con tonos alegres. Generalmente dibujo a la gente que veo. También intento inyectarle felicidad a mis dibujos, no se trata de hacer nada espeluznante o aterrador.
Hasta ahora, ¿cuál ha sido el trabajo que te han encargado que más has disfrutado?
Diría que la biografía de Le Corbusier. Porque cuando era estudiante realmente me interesaba la arquitectura y así conocí su historia. Cuando el director de arte de la revista Télerama me llamó para pedírmela, sentí que fue la combinación perfecta para mí por la oportunidad de contar una historia sobre arquitectura con mis dibujos.
¿Cómo te ha ido en tu residencia en Pictoline?
Estoy pasándola increíble aquí en México, he conocido a mucha gente muy interesante. Una de mis tareas fue dar una plática sobre mi proceso de trabajo y todo salió bien, aunque sí estaba nervioso.
¿Qué dibujarías por diversión de la CDMX?
Estuve en el Museo de Antropología y lo que me pareció más divertido para dibujar y que me encantó fueron las pequeñas esculturas y los diferentes objetos que tienen caras, en realidad todo el arte azteca.
¿Cómo te decidiste para dibujar el banner de Pictoline para anunciar tu estadía?
Quería afrancesarlo un poco. Hace dos años hice una ilustración sobre las cacerías de los nobles y la realeza; me gusta la idea de esta ceremonia con los caballos, las vestimentas y los sabuesos, y quise volver a dibujar en este universo. Por otro lado, no soy un gran carnívoro (en mi casa no comemos carne porque mi esposa es vegetariana) y quise ilustrar el salvajismo de los humanos; en este caso, el cerdo salvaje es la víctima.
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