Pasar la tarjeta por diferentes establecimientos puede ser muy fácil; lo difícil es ver el recibo y hallar una deuda tan exorbitante que podría quitarte, además de gustos, hasta el sueño

Luego de haber comprado el producto que tanto querías con una gran promoción y hasta otros artículos extra, puede que descubras una cantidad mayor a la que esperabas cargada en tu tarjeta de crédito. 

Si es tu situación, llegó el momento de reordenar tus finanzas y salir lo mejor librado posible con tu bolsillo y con el banco.

El primer paso consiste en sacrificar. Es decir, será mejor que le digas adiós a tu café matutino u otro gusto por un buen rato para dedicar ese dinero al pago de tu deuda. 

Sin embargo, lo anterior puede evitarse con una simple acción: administrar tu dinero. Desde el momento en que recibes tu quincena, lo mejor es separar del total lo que debes destinar al pago mensual de tu plástico, gastos del hogar, etc. 

Otro consejo básico es dejar un tiempo la tarjeta de crédito en casa. Usar efectivo o débito son mejores alternativas para aprender a medir el dinero real con el que cuentas.

Finalmente, valora el tipo de deudas que tengas. En caso de contar con gastos en más de una cuenta, prioriza las de mayor urgencia.

¿Ni así te alcanza?

Puede que por más cuentas que hagas, simplemente no encuentres la manera de pagar. Para esa situación, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros recomienda no ignorar la deuda y mejor acercarte a tu entidad financiera para llegar a un acuerdo. Tu banco puede darte opciones como consolidar la deuda, extender el plazo de tus pagos, obtener un plan de pagos fijos o incluso darte un crédito de liquidez.