Escapada: conoce el Museo del Calendario, en Querétaro

Además de las maravillas coloniales de toda la vida, los quesos y los vinos, hay un nuevo motivo para ir a Querétaro: el Museo del Calendario, un espacio único en el mundo

Querétaro está estrenando museo: el del Calendario. Es una iniciativa de Calendarios Landín, una compañía donde se les ocurrió que sería bueno dedicarle un espacio cultural a su giro. Desempolvaron piezas de su colección, adquirieron algunas nuevas, encontraron la casa ideal, armaron una buena museografía y, después de varios años de trabajo, crearon el Mucal.

El recorrido incluye un par de instalaciones didácticas sobre la medición del tiempo en la historia de la humanidad, los sistemas utilizados por varias culturas y los distintos métodos de impresión. Pero lo mejor del Mucal es su colección de calendarios antiguos, en su mayoría mexicanos. Ahí se puede ver la evolución del diseño, la publicidad y la industria nacionales.

Al principio del siglo XX sólo las grandes compañías cigarreras, llanteras o petroleras podían darse el lujo de imprimir grandes superficies a color, así que casi todos llevaban su marca y, después, los distribuidores locales añadían sus datos. Más adelante, los procesos se abarataron y los pequeños negocios pudieron encargar sus propios diseños, y ahí nació una de las más bonitas tradiciones: que en la frutería, taquería o tiendita de confianza te regalen un calendario por ser de los mejores clientes. Tienen mínimo un calendario por cada año del siglo XX. La onda es que busques tu fecha de nacimiento y te tomes la selfi.

Una sala completa está dedicada a Jesús Helguera. Aunque las pinturas son reproducciones, sirve como repaso de sus más grandiosas obras. Y un par de salas están dedicadas a pinturas originales que fueron usadas para ilustrar calendarios, y que otras compañías “calendarieras” tenían arrumbadas y olvidadas. Los Landín las rescaraton.

La casona del siglo XVII donde se encuentra el museo merecería, por sí misma, una visita. Fue restaurada con ayuda de especialistas para respetar los materiales y estilos que se usaban en la época. Durante los trabajos descubrieron un par de pozos ocultos, además de vasijas y otras piezas antiguas que revelan el pasado del inmueble como fábrica de textiles. Ahora forman parte del “museo de sitio”, una sala dedicada a las capas “geológicas” de la construcción y a los hallazgos inesperados.

Museo del Calendario

Madero 91, Centro, Querétaro; (442) 212 2187.

Martes a sábado de 9 a 19 h, domingo de 10 a 14 h. Entrada: $25.

mucal.mx