El Urban Dictionary asegura que el Jäger Boost (también conocido como Perla Negra) es el trago idóneo para potenciar la estamina sexual. Las 56 hierbas, flores, raíces y frutas que componen al Jäger (regaliz, jengibre, canela de Sri Lanka, sándalo et al.), más el power de taurina y cafeína del Red Bull, te pueden transformar en un semental al estilo Ron Jeremy.
El subidón de la Perla Negra se equipara al que brinda la cocaína, las anfetaminas o cinco paquetes de Skittles. Idealmente, el ebrio de Jäger es una suerte de Power Ranger híper-estimulado que persigue un solo objetivo: seguir la fiesta hasta que el corazón explote.
La Secretaría de Salud y la Cofrepris se han pronunciado sobre los riesgos de combinar energizantes con alcohol. En internet abundan artículos que hablan de arritmias, crisis nerviosas, crudas agónicas e incluso infartos fulminantes. Nada raro si consideramos que tres cocteles con boost contienen cafeína suficiente para abastecer a media docena de posdoctorantes de la UNAM; sin embargo, en tiempos del #YOLO, esta bebida sirve de estandarte para una generación que busca gratificaciones intensas e inmediatas. El boost con piquete es el trago del turbo-consumidor, individuos obsesionados por arañar momentos de satisfacción.
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Resulta curioso que un digestivo típico del pueblo alemán (Jägermeister) acabara siendo la base de un coctel vivificante donde palpita nuestra manía por el exceso y —simultáneamente— el deseo adánico de volver a la infancia, expresado en el sabor a jarabe de este poderoso combinado (detrás de cada Perla Negra hay un grandulón que extraña los artificios frutales del Kool-Aid y el Frutsi congelado).
La mezcla de Red Bull y Jäger, cuya base herbal se almacena en barricas de roble durante al menos un año, posee el encanto de lo paradójico. Coctel-oxímoron, la Perla Negra es el elíxir del millenial: diluye la amargura en las aguas edulcorantes del boost, y —al menos por una noche— te hará sentir que la vida se rige por una sola máxima: having fun. No es de extrañar que la cruda de Jäger Boost equilibre dicho infantilismo con un estado preeminentemente filosófico: un absoluto desasosiego existencial.
(José Manuel Velasco / @gueroterror)