Al principio sólo contaban con una parrilla, una carpa y un pizarrón, vendían alitas y costillas al carbón, todo muy sencillo y tranquilón. Con el paso del tiempo se hicieron —rapidísimo— de un grupo de seguidores-fans-clientes, siempre con la idea de ofrecerle a sus comensales algo un poquito fuera de lo común. El primer paso fue experimentar con los platillos y así nacieron sus clásicas cebollas caramelizadas. El segundo, integrar los intereses personales de la pareja pues, aunque ella es diseñadora gráfica de profesión y él trabajaba en una empresa de mercadotecnia y en varios restaurantes, y ambos son coleccionistas de artículos de Star Wars. Su primera inquietud fue formar un club temático sobre la saga. Después adquirieron el remolque, y su próximo paso fue casi obvio: iniciar con el food truck.
En el menú encuentras de todo: desde platillos vegetarianos y veganos hasta chapatas, pizzas, sopas, baguettes, papas, queso fundido, tacos, cremas, cortes de carne, pizzetas con pan árabe, alitas y costillas, ¿cómo no va a ser tu lugar favorito si tienen de todo?
La mayoría de sus carnes está sazonada con cerveza, soya y vinagre; utilizan mucho el chimichurri, lo cual le da un sabor distinto a sus platillos.
Un imperdible es la hamburguesa Ewok (marinada con cerveza, incluye queso, champiñones, fruta —zarzamora, fresa y manzana— y arrrachera o chorizo español). Otra característica es que no usan cátsup ni mostaza, sino un aderezo hecho con queso azul y otro de zarzamora. El pan es artesanal y las tortillas pueden ser de fresa, chocolate o nuez.
No venden cerveza y sus bebidas son infusiones frías con fruta (hierbabuena, pepino, manzana, etc.)
La originalidad de cada platillo y que estuvieran relacionados con el universo de Star Wars fue una de las primeras reglas. Los nombres fueron modificados ligeramente,
sin perder el sentido, para evitarse cualquier problema legal: Luke se escribe Luk y R2-D2 es Arturito, por ejemplo.
La idea no era sólo definir el concepto de un restaurante, sino crear un lugar para reunirse, platicar de la serie y ver películas. El remolque tiene grafitis alusivos y un librero con más de 100 piezas coleccionables abiertas.
Si te late comer en este lugar, los encuentras los domingos de 11 a 19 h en Matamoros y Reforma, en La Lagunilla. Por los precios no te preocupes, ya que con $150 la fuerza te acompañará hasta tu estómago.