26 de abril 2017
Por: José Quezada Roque

Frannerd, una ilustradora entre gatos y café

La ilustradora chilena Fran Meneses, también conocida como Frannerd, habla sobre su visita a México, sus obsesiones y sus años de aprendizaje

La ilustradora chilena Fran Meneses, también conocida como Frannerd, está en la Ciudad de México como parte del Global Residency de Pictoline 

Si tomáramos una instantánea de Fran, la veríamos trabajando sobre una mesa llena de papeles y marcadores, cerca de una ventana donde la luz del Sol se filtra, mientras bebe la primera taza de café del día. En esta posible escena, sus gatos —llamados Hamburguesa y Cereal— duermen o la acompañan alrededor del estudio.

Ella —piel blanca, ojos verdes, protegidos bajo unos lentes grandes y redondos, y un temperamento atento y sencillo— me ayudó a construir esa imagen. Aunque nació hace tres décadas en Chile, los últimos cuatro años ha vivido en Europa: al principio en Berlín y, posteriormente, en Inglaterra. En enero, fue contactada para participar en el programa Global Residency de Pictoline y el pasado 15 de abril llegó, por primera vez, a la Ciudad de México. “Admiro mucho al equipo de Pictoline, en particular a Pardo y a Salles. Trabajar con ellos es como un sueño”.

“Aquí las personas son cálidas y actúan como hermanos en los que se puede confiar”, comenta sobre su estadía en el país, después de alabar las cualidades de los mangos y aguacates, así como de las versiones veganas de algunos platillos típicos de México. “Desde 2010 soy vegetariana. Hace tres años hice la transición al veganismo, persuadida por una declaración de Moby sobre el horrible sufrimiento que padecen las vacas cuando se les extrae la leche. Hace tiempo pensé que era una práctica extremista y hippie, ahora me encanta”.

Sin embargo, es importante volver al cuadro inicial para entender que lo cotidiano tiene un papel central en la estética y el imaginario de Fran. “Para mí, es difícil describir mi obra, solo fluyo y la hago. La base de mi trabajo es ilustrar lo que veo y siento, pero si tuviera que empezar por algo, diría que estoy obsesionada con ilustrar escenas de la vida diaria. También me fascina que lo fantástico se sitúe en un contexto cotidiano, tal como en el Realismo Mágico”.

“Uno dibuja lo que conoce a profundidad. Yo trabajo desde casa; por ende, estoy todo el día ahí, es mi pequeño universo: el café, los gatos y la vida como freelance y artista. Hace poco terminé de leer una biografía de Frida Kahlo y, sin ningún afán de compararme con ella —porque es como una diosa—, me identifiqué mucho con el principio de crear a partir de lo que se conoce. Frida hacía muchos autorretratos porque ella misma era, en cierto sentido, lo que más conocía”.

“En general, me interesan mucho los personajes femeninos. Crecí viendo animes como Sailor Moon y Sakura Cardcaptors, por lo que el concepto de superheroína siempre ha estado presente. Esto me inspiró para que mis personajes femeninos tuvieran poder de decisión, una personalidad rica y compleja, y no un papel secundario. Por ello, en mis ilustraciones también hay cierta estética entre la inocencia, lo naïve y la ingenuidad. Me gusta que el mensaje sea simple y directo”.

El trabajo de Studio Ghibli y, por supuesto, la obra del director y productor japonés Hayao Miyazaki, le entusiasman. Una de sus películas favoritas —me cuenta— es Kiki: entregas a domicilio: “Su trama aborda la búsqueda de la identidad, a un nivel personal y creativo”.

Al preguntarle sobre sus años de formación, Fran recuerda que cuando estudió Diseño Gráfico decidió convertirse en ilustradora, encerrada durante varias horas al día en la biblioteca de su Facultad, aprendiendo por sí misma. “Es importante observar de forma analítica. Tomar experiencias tangibles y traducirlas a un formato de dos dimensiones fue una enseñanza que aprendí sola. Durante esa transición, analizar lo que se ve es crucial. Puede existir una idea errónea sobre el artista que dibuja de memoria todo lo que ve, sin embargo, eso no es cierto: el artista traduce lo real”.

La mayoría de los ilustradores que conoce son autodidactas, lo que sirve como pauta para preguntarle qué le aconseja a quienes tienen la intención de seguir el mismo camino: “Practicar mucho, dibujar todo el día —en el bus, en el Metro o cuando se espera a alguien en un café—, dibujar desde un referente real, aprendiendo a observar, es lo que recomiendo. Hay que enfrentar las limitaciones desde una postura proactiva. Si hay algo que no sabes, es importante averiguar sobre el tema y llevarlo a cabo”.

“He conocido a muchos estudiantes que dicen ‘siempre he querido usar acuarelas, pero nunca he aprendido’. Si es así, ¿por qué no aprendes? Vivimos en una época maravillosa: toda la información que necesitamos está en internet o en los libros, y, prácticamente, toda la gente tiene acceso a ella. Un profesional completo debe tener cualidades autodidactas y saber investigar por su propia cuenta. Hay muchos artistas frustrados, invadidos por el miedo, y el problema esencial es que entre el decir y el hacer hay una diferencia muy grande. Uno debería tener la voluntad de enfrentarse con uno mismo y llevar las cosas a cabo”.

El miedo, entonces, toma un papel importante en nuestra charla. “La única forma de vencerlo es sentándote y haciendo eso a lo que no te atreves. Para lograr que algo se torne más sencillo hace falta confrontar el miedo, y el único camino para dejar de temer es sentándote a dibujar. Tal vez parezca un consejo aburrido, pero la mejor forma de no vivir así es enfrentándolo todos los días. En algún momento, el problema se tornará más asible”.

“Entiendo bien la ansiedad que produce hacerle frente a tus miedos. Es algo que nunca se va. Hay una cita famosa sobre ello: ‘Una persona valiente no es quien vive sin miedo, sino quien lo enfrenta’”.

Lecciones de amistad para adultos

En diciembre de 2015, Frannerd publicó A punto de partir, bajo el sello de Penguin Random House. “Se trata de una novela gráfica sobre el viaje que hicimos mi pareja y yo durante nuestra luna de miel. Recorrimos Europa y Estados Unidos, y ambos dejamos a nuestra familia y amigos por cumplir con nuestros objetivos afuera del país”.

Dos años después, en la actualidad, Fran y su esposo, el dramaturgo Eduardo Pavez, terminaron Personas favoritas, otra novela gráfica que aborda “de una forma teórica, casi documental”, la amistad entre adultos.

La publicará SM y, aunque inicialmente sólo podrá adquirirse en Chile, la posibilidad de que se distribuya en América Latina está latente. “Todos los libros sobre el tema están enfocados a un público infantil o adolescente, y tienen títulos del tipo `cómo pedir disculpas´, `cómo compartir´ y `cómo hacer nuevos amigos´. También hay novelas sobre la amistad, pero nadie la aborda en un marco teórico y explícito. Nadie da lecciones sobre cómo los adultos deben pedir disculpas o por qué, conforme más se crece, entablar una relación sólida con una persona nueva puede ser difícil”.

“Cuando uno empieza a trabajar, las posibilidades de conocer gente nueva disminuyen, mientras que en el colegio se tiene la oportunidad de ir a un curso, un taller o una fiesta y expandir tus redes. En una oficina, por ejemplo, te limitas a sólo convivir con unas diez personas, y, a veces, salir de esa dinámica se vuelve complejo. También ocurre que, al pasar los años, uno como adulto no está abierto a ser vulnerable: la gente ha sido herida más veces y su forma de protegerse es crear una coraza, una especie de escudo. Los niños, además, tienen menos prejuicios con la gente. Los adultos ya tienen una historia arriba, un historial que impide abrirse a nuevas experiencias”.

El mismo tema fue abordado desde una óptica infantil cuando publicó El niño terrícola en colaboración con Esteban Cabezas. “Él me dio libertad absoluta para diseñar a los personajes y el universo de la historia. Aunque no lo creas, que el tema fuera la amistad también es una coincidencia”.

“Ahora voy a empezar un segundo proyecto con Edu. Va a ser una novela gráfica de Ciencia Ficción. Es la primera vez que me aventuro a algo así, pero si hablamos de miedo, esto me aterra muchísimo: tengo que dibujar escenas de acción, armas, naves y mundos que no son como la Tierra. Voy un paso a la vez”.

“Puedo adelantarte que se llamará Erinyes y tal vez esté terminado al final de este año”, concluye.

Fotos: Lulú Urdapilleta/ Especiales

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