Llega el viernes y quieres ir al cine para olvidarte de la oficina. El problema empieza cuando te topas uno de estos personajes, capaces de romper el hechizo del séptimo arte y convertir cualquier función en una verdadera pesadilla. O espera… ¡¿tú eres uno de ellos?!
El filmsplainer
Esta persona está segura de que su acompañante no entiende nada de la película, así que se la explica de principio a n… pero en voz alta para que el resto de la sala se entere de su erudición.
El jajajajá
Es el momento más dramático de la cinta, tú estás conteniendo el llanto… y en eso alguien suelta una fuerte carcajada. Sí: hay quienes creen que al cine se va a reír, no importa que sea Moonlight.
El del celular
En los 90, era el mirrey (¡antes de que se acuñara el término!) que presumía que tenía celular, entonces hablaba a media función. Ahora es el que whatsappea con la pantalla brillantísima.
El niñero
Está bien que en México no hay la cultura de la niñera, ¿pero qué culpa tiene el bebé (¡y el público!) de que sus papás no puedan esperar ni un minuto más para ver la película de Vin Diesel?
El perico
Cuando están los créditos, los recita en voz alta (¿nos quiere demostrar que sí sabe leer?). Luego repite los diálogos de los actores a lo largo de la película. Y en caso de que haya una rola, ¡la canta!
El vidente
El típico que grita: “¡YA LO VA A MATAR!”. Escena a escena comparte a todo pulmón sus teorías sobre cómo se resolverá el misterio o cómo terminará la historia de amor.
El platicador clásico
La película, por buena o mala que sea, no logra atraparlo. Tiene la capacidad de atención de un gatito, así que insiste en platicar sobre lo que comió ayer, sobre el clima o sobre política mundial.
El sensible
¿Una escena con desnudos? ¿Un personaje dice groserías? Él o ella responde con una risa nerviosa. ¿Una imagen violenta? ¿Una vuelta de tuerca inesperada? Entonces grita o hace “¡Tssss!”.
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