Y no, no hablamos de los chamorros que ofrecen en la cantina de tu preferencia, sino de los que puedes lucir con falda.
Puedes fortalecer tus pantorrillas de una manera sencilla mientras trabajas: siéntate derecho (eso, de por sí, ya es un ejercicio), apoya bien los pies en el suelo y levanta lentamente los talones. Mantenlos arriba unos segundos y bájalos, lentamente también. Repítelo cuanto quieras y pronto verás los resultados.
Además, tener las piernas en movimiento te ayudará a reducir el riesgo de una trombosis.