¿Te acuerdas del comeniños en El laberinto del fauno? ¿Lo tuyo es el terror clásico? Drácula, el hombre lobo y Freddy Krueger no le dan miedo a nadie frente a estas ocho terribles situaciones reales y cotidianas
Ebrio y en Facebook
Alguien debería de inventar un botón de pánico para estos momentos. No es suficiente con volver intacto a tu casa después de tomar tanto. Lo peligroso sucede cuando estás en compu.
Teléfono ahogado
No hay una respuesta lógica para explicar cómo un celular resguardado en el bolsillo del pantalón termina en el inodoro o cómo consigue volar varios metros para llegar a su meta: la alberca.
En medio de la nada
Acabaste en un pueblo lejano o un barrio desconocido. Se te acabó la gasolina y el agua. Aún te puedes salvar. Ah, no, espera, no es cierto, no tienes datos móviles ni puedes conectarte a wifi.
Las dos palomitas
Llevas un rato concentrado, pensando en cada una de las palabras que debes escribir. Envías el mensaje, te aparecen las palomas de visto, pasa una hora, dos, tres, cuatro y nada. ¡Qué horror!
Te atraparon
El día es bellísmo, el sol está radiante, no hay tráfico, mientras te tomas un delicioso café. Entonces, te llega un aviso. No lo puedes creer, tu mamá quiere ser tu amiga en Facebook.
Tu rostro en Taiwán
Pusiste una cara de sorpresa inigualable y alguien te inmortalizó en una foto. Bueno, de eso a que la frase perfecta convierta tu retrato en el meme más famoso del mundo, hay un paso.
¡Es niño!
Estás echado, jugando videojuegos, cuando suena el teléfono y contestas. ¿Qué?, ¿la prueba dio positivo?, ¿que vas a ser papá?, ¿que habrá boda?, ¿que te estás ahogando con el refresco?
Un error inconsciente
Estás platicando con un amigo sobre lo mal que te cae fulanito y cómo logra que el hígado se te revuelva. Revisas bien la conversación y descubres que el mensaje se lo enviaste al aludido. ¡Ups!