Un hipopótamo de barro yace adormilado en una de las salas del Museo Carrillo Gil (av. Revolución 1608, col. San Ángel). Sobre él, hay un peculiar jinete cuya labor es leer los periódicos del día. Silba de cuando en cuando, en los momentos en que se encuentra una noticia que denuncia un acto de corrupción —a su paso por otros países, la instrucción varía, pero el gesto suele estar vinculado a hacer evidente algún tipo de injusticia. Se trata de Hope Hippo en el Museo Carrillo Gil.
Nosotros, espectadores, podemos transformarnos en parte activa de la pieza. En un papel adhesivo podemos escribir qué es para nosotros el acto de corromper para luego colocarlo en una pared.
Posted by Museo de Arte Carrillo Gil on Sunday, June 24, 2018
La pieza es Hope Hippo, de Jennifer Allora (Estados Unidos, 1974) y Guillermo Calzadilla (Cuba, 1971), y visita la ciudad 13 años después de que fuera exhibida por primera vez en la 51 Bienal de Venecia. En ella, Allora y Calzadilla construyeron una más de sus potentes metáforas —una alegoría de los monumentos militares ecuestres que, de hecho, respondía en su origen a la imagen turística y literaria de Venecia como origen del humanismo— a partir de la unión de narrativa, estética y sus habituales herramientas: la historia natural, la escultura, el performance y su interés por el sonido, que se ha extendido en su obra hasta llegar a los momentos prelingüísticos de la comunicación.
En ese ir y venir de espectadores de arte a espectadores de la sociedad, pronto descubriremos lo abigarrada y multiforme que puede llegar a ser nuestra idea de integridad.
Un dato para la trivia: en la realización del hipopótamo participaron cinco artesanos de Tlaquepaque, Jalisco.
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