La Asociación para las Infancias Transgénero publicó el libro Escuela: Des/arrollo de personas, que incluye un protocolo de actuación a fin de lograr una convivencia respetuosa e incluyente dentro de los espacios escolares
México contempla en su marco jurídico (Artículo 3 constitucional) que la educación es un derecho y que el Estado es responsable de garantizar su obligatoriedad de manera laica, gratuita, pública e inclusiva. No obstante, la Asociación para las Infancias Transgénero publicó recientemente el libro Escuela: Des/arrollo de personas para exhibir que pese a lo establecido falta trabajo por hacer para las infancias y/o adolescencias trans y no binaries.
El libro presenta miradas jurídicas, sociológicas, filosóficas, medioambientales, entre otras, que aportan una ruta para intentar cambiar el sistema educativo no sólo desde la formación de docentes o la aplicación de programas escolares, sino también las dinámicas en las aulas e incluso los espacios de recreación dentro de las escuelas (sean públicas o privadas).
Además, incluye un Protocolo de Actuación para Escuelas con Niñas, Niños y Adolescentes Trans que desarrolló en 2018, el cual cuenta con fundamentos teóricos y jurídicos para que las instituciones tengan herramientas adecuadas al aplicarlo. Cabe mencionar que este documento “no es vinculante”, porque no ha sido adoptado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para su implementación.
Consideremos algunos datos
En junio de 2022, el Inegi publicó los resultados de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (Endiseg) 2021, en la cual conocemos (por primera vez) las dimensiones de la población LGBTIQ+ mayor de 15 años en México: de 97.2 millones de personas, 5 millones se identificaron como lesbiana, gay, bisexual, trans o intersexual, entre otras orientaciones sexuales e identidades de género.
Se documentó que 908.6 mil personas (0.9%) de esas 97.2 millones se consideraron transgénero, transexual, no binarie, entre otros, es decir, no se identificaron con el género asignado al nacer.
Además, los resultados arrojan que de las 908.6 mil personas, el 62.4% se dio cuenta que su forma de ser o actuar no correspondía con su sexo de nacimiento en la primera infancia (antes de los siete años); el 20.3% en la adolescencia (entre 12 y 17 años); y el 5.6% en su niñez (entre los siete y 11 años).
Construcción identitaria respecto al género
La Asociación para las Infancias Transgénero refiere que entre los cinco y seis años comienza la constancia del género, es decir, “la exploración de este a través de la socialización con pares, con personas de otros géneros y con ello, a lo largo de la vida se transforma y deviene la identidad del género”.
Señala que es entonces cuando acontecen dos opciones:
1. La coincidencia entre el género impuesto y la identidad de género vivida
(persona cisgénero).
2. La diferencia entre el género impuesto y la identidad de género vivida
(persona trans o no binaria).
“El proceso de construcción identitaria se da en el mismo tiempo y de la misma forma en las personas cisgénero y las personas trans y no binarias. Y es por ello que es importante reconocer el género en las aulas para que estén en igualdad de condiciones de vivir su desarrollo estudiantil”, se menciona en el libro.
Un protocolo para salvaguardar la integridad
En cuanto al “Protocolo de Actuación para Escuelas con Niñas, Niños y Adolescentes Trans”, destaca que el objetivo del mismo es orientar a las autoridades educativas, administrativas, docentes, compañerxs de infancias y adolescencias trans y no binarias, a lograr una convivencia “respetuosa e incluyente dentro de los espacios escolares”. Cabe recalcar que también se añade una parte para mamá, papá, xadre o persona tutora. Puedes consultar el protocolo y descargar el libro en el sitio web de infancias trans.
Víctimas de violencia
La directora de la asociación, Tania Morales Olvera, refirió durante la presentación del libro el 20 de marzo pasado que el 100% de las personas trans y no binarias que llegan a las universidades han sido víctimas de violencia por parte del personal directivo o administrativo; esta cifra es superior al 75% que padece violencia en la escuela secundaria, derivada de la invisibilización, la denostación, el desconocimiento de la otredad, entre otras causas.