Dice la “Regla 34” del internet que si algo existe, hay una versión porno de ello. El Santos, la tira cómica más famosa de Jis y Trino, sería la versión porno de las películas de El Santo, el luchador. ¿Pero cómo sería la versión porno de El Santos? “Más bien habría una versión panista”, dice Trino. Jis no está tan de acuerdo: “Hoy, para como andan los chavos, El Santos ya se siente ñoño, entonces tiene que haber una versión ya de veras cochina. Los muchachos de hoy están descarriados, ¿no has visto el baile del perreo? Chavos de 14 o 15 años haz de cuenta que están fornicando, con la música, en un antro. Vestidos, pues, pero… ¡cámara!”, dice el monero, una hora antes de la inauguración de la muestra retrospectiva “Me sigues debiendo dos películas” en Vértigo Galería. Afuera ya hay una fila de “chavos de hoy” –y uno que otro “ruco de ayer”– que podrían estar perreando, pero prefirieron venir a ver la exposición y tomarse una selfie con sus ídolos.
José Ignacio Solórzano (Jis) y José Trinidad Camacho (Trino) tienen poco más de 50 años de edad. Se conocieron cuando estudiaban Comunicación en el ITESO, en Guadalajara, y al poco tiempo empezaron a dibujar a cuatro manos. Su tira conjunta más popular, El Santos, empezó a publicarse a finales de los 80 en el unomásuno y después en La Jornada, con tal éxito que, para el 91, presentaron el primer libro recopilatorio en el Palacio de Bellas Artes frente a una multitud de fans. “Había colas que daban la vuelta a todo Balderas, y nosotros no la creíamos”, contó Trino a 2012 en la revista Magis de su alma máter.
Han pasado más de veinte años de aquella épica presentación. Los jóvenes que hoy esperan en el exterior de la galería no alcanzaron a leer el suplemento “Histerietas” de La Jornada –posiblemente no habían nacido–. ¿Cómo llegaron aquí? ¿Por qué no están twerkeando en un antro de reguetón? Según explica Trino, la película basada en sus cómics que salió hace dos años, El Santos vs. la Tetona Mendoza, no tuvo gran éxito en taquilla pero sirvió para que las nuevas generaciones conocieran a los personajes y se enteraran de que había libros de las tiras (y los compraran). Eso explica la afluencia de chiquillos.
Cuando entra la marabunta, Clarisa Moura y Jorge Alderete, dueños de la galería, les piden que dejen las mochilas escolares en la entrada. Ella cuenta que la idea de la exposición nació hace un par de años, cuando conocieron a Jis y a Trino por amigos en común de la Editorial Sexto piso. Los moneros visitaron Vértigo y quedaron fascinados. Entonces se gestó la idea de una muestra que coincidiera con el quinto aniversario del lugar. Fue más de un año de revisar material, de recibir paquetes desde Guadalajara y Chapala (donde Jis y Trino viven, respectivamente), escoger lo mejor, descartar lo repetitivo o lo demasiado pacheco y pedirles que siguieran rascando en sus cajones y libretas vetustas. Después de muchas vueltas y de estarlos correteando (“Son como niños”, dice Clarisa), se logró un equilibrio curatorial entre dibujos inéditos, ilustraciones, viñetas y grabados, la mayoría de Jis y Trino como solistas; originales de El Santos y documentos históricos, como un par de ejemplares de la revista Galimatías, que existió a mediados de los ochenta en Guadalajara, e incluso de El Caldito, una especie de fanzine de puro humor que Trino hacía en la prepa.
Jis y Trino son bróders, se ven una vez a la semana para hacer el programa de radio La chora interminable, pero ya no dibujan tanto juntos. “Tenemos muchas ideas, pero no dónde ponerlas”, dice Trino. No pueden publicar El Santos en ningún periódico, porque cada uno publica de manera independiente en diarios con los que tienen exclusividad. Están conscientes de que la química de trabajo entre ellos es tan buena que deberían retomar el ritmo del pasado. Creen que lo que viene (o debería venir) es un sitio web que reúna sus monos, podcasts, nuevos doblajes, videos y ocurrencias, totalmente libre de censura.
Después de ver las obras, los visitantes improvisan una fila para que Jis y Trino les firmen libros, pósters, libretas. Se toman fotos y platican con ellos. Puede que esta generación no encuentre tan transgresoras las tiras de El Santos, que ya no se sorprenda con el nivel de escatología y explicitud sexual en el humor de este par, que les haya tocado vivir en un México más abierto, menos mocho. Pero eso se lo deben parcialmente, con o sin saberlo, a esos monos que, aunque sea en antologías, todavía los emocionan y los hacen reír.
Me sigues debiendo dos películas
Vértigo Galería. Colima 23, Roma; 5207 3590
Lunes a viernes de 12 a 20 h, sábado de 12 a 19 h, domingo de 12 a 18 h
Hasta el 24 de noviembre
vertigogaleria.com
(TEXTO: TAMARA DE ANDA | FOTOS: LULÚ URDAPILLETA)