El enorme talento de Julieta Venegas encuentra en su infatigable curiosidad el catalizador que la ha llevado a mantener su carrera artística en una cima multifacética que encuentra en la honestidad, la transformación, la sensibilidad y la intuición sus elementos fundamentales. Su nuevo disco, Algo sucede, abre un camino de esperanza ante el dolor y la dificultad de nuestro tiempo (y de nuestro país específicamente)
1-¿Qué tan claras tienes las ideas cuando comienzas a componer un disco? ¿Es un proceso en el que vas descubriendo qué quieres hacer sobre la marcha o te sientas ya que tienes clara la ruta?
Empiezo el proceso sin mucha idea de lo que va a pasar. Usualmente dejo temporadas largas sin escribir canciones, en donde estoy más bien dedicada a la gira, al show, a los viajes, etc.
Por lo regular no me da la cabeza o la energía para dedicarle tiempo a escribir, tomo esas temporadas como momentos en donde estoy acumulando material, ideas, en lo que escucho, y en lo que leo, pues en los viajes creo que es cuando más leo.
Me gusta mucho detener todo lo que suelo hacer, para dedicarme completamente a escribir. Cambian mis horarios y el ritmo que llevo, todo se centra en el tiempo que dedico a escribir. Me gusta mucho el horario de oficina, nueve a cinco, con parada para comer. Me gusta tener esa rutina y contar con esas horas para empezar a desarrollar historias e ideas, y ya con las “manos en la masa”, digo yo, es cuando empieza a tomar forma el disco.
De hecho cuando empiezo a escribir no lo pienso mucho como un disco, si no que voy paso a paso en el proceso, dejando que salga lo que sea, y ya después de un tiempo (en este disco cuatro meses más o menos) tengo suficiente material como para ver qué forma le doy, y qué forma van tomando esas canciones.
2-En cada disco se ve una modificación tanto en los temas de las canciones como en los instrumentos que usas y las estructuras musicales. ¿Cómo percibes en retrospectiva el recorrido que has hecho de disco a disco?
Si lo veo en retroceso, creo que el cambio más notorio para mí es el de la composición, en las estructuras de las canciones, y en especial en las letras.
Lo que intento hacer es dar menos vueltas cada vez, lograr que la sencillez no signifique necesariamente hacer algo simple, sino buscar ser directa sin ser obvia.
Es una búsqueda que veo también en las letras que escribo, intento ser más clara cada vez, pero busco historias que cuenten otras cosas.
Escribo mucho alrededor de las emociones, pero éstas tienen tantas vueltas y tantas historias posibles, que ya no puedo decir que sólo hablo de temas románticos, también intento hablar de lo que se puede encontrar en todo tipo de relaciones, porque muchas tienen como punto de partida el amor, pero pueden tomar diferentes formas.
También mi manera de cantar se ha ido suavizando, y con el tiempo intento casi cantar al ritmo y volumen parecidos a mi manera de hablar.
También creo que disfruto más cantar ahora, de hecho casi puedo asegurar que, desde que estuve embarazada de mi hija, cambié mi manera de cantar. Desde entonces lo disfruto más.
En cuanto a la instrumentación soy completamente intuitiva, dejo que la canción casi me lleve, y voy armando la instrumentación según lo que me llama; ahí sí es de probar de todo. Pero creo que la parte que más trabajo es la parte de la composición, que siempre estoy buscando tener ese grupo de canciones que siento que no puedo vivir sin ellas y necesito grabarlas. Creo que la parte de los arreglos me resulta más fácil.
3-¿Qué diferencias musicales y en tu escritura notas con respecto a tus primeros discos?
Bastantes. Son totalmente distintos a los que hice después, y esto es esencialmente en la composición, creo que el proceso era más caótico en cierto sentido, no buscaba dar un balance interior a la canción, si no expresar emociones de una manera que incluyera tanto la letra como la música. Jugaba mucho más con las estructuras, y eso a veces daba resultados extraños. Después me empecé a fijar más en lo que expresaba, no tanto en qué acordes, cómo los acomodaba, en fin, todo lo que ahora veo como el caparazón.
Creo que esto se notaba incluso en mi manera de cantar, y eso ha cambiado mucho.
También las letras daban más vueltas, me apoyaba mucho de imágenes y metáforas, y eso daba para más interpretaciones de la letra, aunque para mí siempre estaba muy claro de qué se trataban. Creo que en instrumentación es más cercano, siempre me ha gustado el juego entre instrumentos acústicos y muy sintéticos, y a veces la balanza va por un lado, luego por otro, pero esa parte la siento más cercana.
4-¿Qué tan presente tienes al momento de escribir la necesidad de rescatar elementos particulares de tus raíces? Utilizar el acordeón, por ejemplo.
El acordeón lo siento como el reflejo de una parte de mi personalidad, creo que por eso me gusta utilizarlo tanto. Me gusta que tiene algo de fiesta, algo de humor, de alegría. Me conecta directamente a mis primeras experiencias musicales, de mi mamá cantando a los Tigres del Norte, o a las fiestas de mi adolescencia donde en algún momento aparecía la música norteña; es sólo eso, un matiz que expresa una emoción, para la cual suelo tener un espacio en mis canciones.
Y a veces me inspiro de otros aspectos de la música mexicana, por ejemplo de José Alfredo Jiménez, algo en el carácter de sus canciones siempre me inspira mucho, y también intento lograr la sencillez que tienen; lo tengo mucho presente como referencia.
5-Varias canciones del nuevo disco parecen sugerir un momento de cambio. Algo así como un punto de quiebre. Como ese momento en el que algo se asimila y se abre enfrente un sendero nuevo por explorar. ¿Es así? ¿A qué se debe?
Sí, está muy presente esa posibilidad de que las cosas cambien. Creo que hasta en las canciones tristes del disco, las que tienen que ver con México (Una respuesta y Explosión), está abierta esa posibilidad, de que el cambio puede venir, que en esas canciones es una esperanza, y en las que tienen que ver con emociones, en que algo siempre te puede pasar y cambiar lo que pensabas que conocías. Me gusta esa posibilidad, y por eso le puse Algo sucede al disco. Algo siempre puede cambiar y moverse, es lo bueno de estar vivo.
6-¿Por qué has elegido la Ciudad de México como tu hogar?
Buena pregunta, un día llegué de vacaciones, y no me quise ir más. Algo en mí se sintió completo cuando llegué aquí, no sé si porque aspiraba a ser parte de esta ciudad, o si porque al ser del norte me faltaba completar una gran parte de mi identidad. En Tijuana crecí contemplando el DF desde lejos, siendo mexicana 100%, con papás mexicanos, en sus costumbres, prejuicios, preocupaciones, en todo. Pero la cotidianeidad era más cercana a los EE. UU. Y cuando vine al DF por primera vez, me pareció la ciudad más increíble que hubiera conocido nunca. Y me sigue pareciendo una ciudad hermosa, caótica, enorme, y ruidosa, pero llena de posibilidades y de corazón.
7-Sé que te gusta mucho leer, ¿es importante la literatura en tu música?
Sí, muy importante. No solamente en mi música, es importante en mi vida. La literatura siempre ha sido para mí una ventana por la que veo todo.
Desde chica se convirtió en un refugio, en donde me sentía reflejada de una manera más cercana que en la realidad.
Y dirige mucho los temas sobre los que decido escribir, creo que mi gran vicio es la curiosidad, y eso me lleva mucho en mis lecturas, porque van desde ficción a filosofía, poesía, biografía, psicología, de todo.
Una pregunta imposible de contestar, pero dime lo primero que te venga a la mente: ¿cuáles son los libros que han tenido un efecto más contundente en tu vida?
Recuerdo mucho cuando leí David Copperfield, de Dickens, el haber reído y llorado con ese libro, donde me sentí en absoluta sintonía con lo que estaba leyendo.
No sé si con ese libro, pero sí en parte por él me enamoré de la forma novela.
Crimen y castigo, de Dostoievski, es otro; no sé por qué siempre me ha parecido importante ese libro, su planteamiento del bien y del mal siempre me hace reflexionar sobre las profundidades del alma humana, y cómo cada uno es un universo, y también de lo solos que estamos.
Y Jane Eyre, de Charlotte Bronte; nunca me había identificado tanto con un personaje, y sentí una especie de alivio de sentirme tan reflejada en alguien.
8-¿Cómo ha transformado la tecnología lo que escuchamos? ¿Y en tu caso particular?
Ya mencioné que soy una curiosa incurable, y el tener acceso a toda la música en todo momento es maravilloso. Antes viajaba con la maleta llena de discos que iba encontrando en el camino, me metía a tiendas y si me gustaba la portada de un disco me lo llevaba, hace mucho trabajé en una tienda de discos, y desde entonces me volví adicta a estar descubriendo música en todo momento. Así que ahora gracias a internet tengo acceso a toda la música de cualquier país, y es divertido lo que llego a descubrir por accidente.
También hacerla se ha ido volviendo cada vez más fácil, antes grabar era un drama, necesitabas mínimo un estudio, o alguien con acceso a alguna grabadora, por lo menos de cuatro canales, y si era estudio, mejor. Ahora hay cada vez más programas que hacen eso muy fácil, y luego compartirla también es fácil, la subes, te abres tus páginas y a darle (risas).
La manera en la que grabo mis demos se ha ido transformando mucho, desde grabar con un micro, después una grabadora de cuatro canales, después una de ocho, luego una digital con posibilidad de 16, hasta pro tools, que lo he usado desde hace tiempo.
Igual eso es para arreglar, para componer cada vez estoy más básica, como mucho una caja de ritmos, el piano, con mi cuaderno, y a veces sólo metrónomo y piano.
9-Dinos por favor un libro, una película y un disco que hayan sido importantes para ti este año.
Aviso que nunca estoy al día de las novedades, eso aclarado ahí te va. Me emocionó mucho Stoner de John Williams, una joya que descubrí por casualidad; es un libro en apariencia triste, no hay personajes felices ni ganadores, pero hay mucha pasión, y es contagiosa.
Otra que me encantó fue Elena Ferrante, la Trilogía Napolitana (La amiga estupenda, Un mal nombre y Las deudas del cuerpo) es más agitada y violenta a momentos, pero tiene una fuerza distinta, y no te suelta hasta que acabas cada libro, casi sin querer (Me enteré que salió un cuarto libro, que no he leído aún).
Disco hay uno que es de este año; me encantó Soyo, de Dom la nena, me acompañó mucho, Dom tiene una magia especial, hace que la música parezca un juego. También Granada de Silvia Pérez Cruz; es una cantante excepcional y su manera de interpretar cualquier canción en cualquier lengua es muy personal. Me emociona cada vez que la escucho.
Una película que ha tenido gran presencia en mi vida, gracias a mi hija, es Intensamente, sí, la de Pixar. Gracias a esa película hablamos de las emociones desde otro lugar.