Sumido en una fuerte crisis existencial, Luis Mario despierta un domingo con una resaca insoportable. Tiene 39 años y hace tres días escapó a un hotel de lujo en Tepoztlán junto a una modelo a quien apenas conoce. No ha parado de consumir cocaína y alcohol, en una locura que él califica como autodestructiva y, a través de la cual, parece querer salvarse de sí mismo.
Su vida se desmorona lentamente y él es un testigo inmóvil. Llora porque extraña ser padre (se divorció de la madre de su hija tres años atrás). Sufre porque está solo (la última pareja que tuvo, con quien ya planeaba mudarse, lo engañó).
Asqueado de sí y de la situación, decide abandonar el hotel y perderse en el campo. Y es justo ahí, en la cima de una pequeña colina, donde una mantis religiosa se aparece sobre su pierna y detona un inesperado viaje a su infancia.
El trayecto incluye paradas por una escuela gris e improvisada que servía como único refugio para hijos de exiliados sudamericanos, la casa de los abuelos donde todo era paz y tranquilidad, sesiones de ouija para averiguar si el inframundo realmente existe, entre muchas más. Y la constante presencia de un padre ausente, que a veces parece servirle a Mario como justificación para explicar el porqué tampoco ha formado parte de la vida de su hija.
La novela se presenta hoy, a las 19:30 horas, en la Fundación Casa del Poeta (Álvaro Obregón 73, entre Córdoba y Mérida, en la colonia Roma). Además del autor, estarán presentes Susana Iglesias, Vicente Alfonso, Miguel Rupérez y Héctor Maldonado.
LA CASA INUNDADA
José Mariano Leyva, Literatura Random House, México, 2016, 252 páginas.
$259.