Fotografía: Shutterstock
Catar 2022 ha sido uno de los Mundiales más polémicos en los últimos 12 años al llevarse a cabo en un país con costumbres que vulneran los derechos de las mujeres y de las personas LGBT+.
Es claro que el interés por hacer la Copa del Mundo en tierras qataríes va enfocado hacia la diversidad económica para la FIFA y la planeación a futuro para próximos torneos o inversiones que requieran de una fuerte inversión económica.
Casos puntuales como la selección de Alemania, previo a un encuentro clasificatorio a la competencia, alzaron la voz en apoyo a los derechos humanos de trabajadores migrantes en Catar que denunciaron un pobre trato durante los trabajos de construcción para los estadios mundialistas.
En el caso de muestras de amor o de preferencias de género, uno de los directivos más importantes del Mundial, Abdullah Al Ansari, avisó a cualquier miembro de la Comunidad LGBT+ que visité tierras mundialistas de no hacer muestras de afecto público, ya que eso no sería una buena idea. Recordemos que la homosexualidad está prohibida en Catar.
Ante esta situación, los capitanes de las selecciones de Catar 2022 se pusieron de acuerdo para pedir a la FIFA que permita los brazaletes de arcoíris durante el torneo.
Pese a la resistencia de la FIFA y su nula comunicación al respecto, varias federaciones como la alemana, suiza y francesa, entre otras, han pedido a sus capitanes portar un brazalete en apoyo a las minorías.
Esta medida es para respaldar la campaña “One Love”, una intervención que busca unir a los equipos europeos bajo una sola bandera de apoyar la diversidad sexual en cualquier parte del mundo.
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