La Orquesta Filarmónica interpretó piezas clásicas desde Strauss hasta Gerónimo Giménez, así como a los compositores mexicanos que el público pudo escuchar se encuentran Juventino Rosas, Blas Galindo, José Pablo Moncayo y Eugenio Toussaint
La Secretaría de Cultura local informó que 4 mil personas habitantes de Iztapalapa disfrutaron el concierto gratuito de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, que se llevó a cabo el sábado en el barrio de San Miguel Teotongo; el propósito de este tipo de eventos, dijo, es garantizar el acceso a la cultura.
La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) llevó la magia de la música clásica al corazón de San Miguel Teotongo Iztapalapa, atrayendo a 4 mil personas ávidas de cultura y entretenimiento.
Bajo la batuta del maestro Enrique Patrón de Rueda, la OFCM ofreció un programa diverso que incluyó piezas de compositores internacionales como Johann Strauss, Piotr Ilich Chaikovski, Jules Massenet, Gerónimo Giménez, así como talentosos autores mexicanos como Juventino Rosas, Blas Galindo, José Pablo Moncayo y Eugenio Toussaint.
Desde las majestuosas notas de la Polka Rayos y Truenos hasta la energía contagiosa del Huapango de Moncayo, cada obra resonó con una audiencia emocionada.
Los asistentes, provenientes de diversas partes de la ciudad y sus alrededores, disfrutaron de este evento cultural de esta magnitud en su comunidad. Ana Galván, madre de familia, destacó la importancia de acercar la música clásica a los niños para fomentar su aprecio por las artes y alejarlos de malas influencias.
Ángel Castañeda, quien llegó con su pareja, resaltó la relevancia de que la orquesta salga de su sede habitual para llegar a barrios como San Miguel Teotongo, inspirando a la comunidad a explorar más sobre la cultura musical de la ciudad.
La presencia de personas como Alejandra Quintero, quien viajó desde Zumpango, Estado de México, demuestra el alcance y la atracción de eventos culturales de calidad. Para ella, la gratuidad del concierto es fundamental para garantizar el acceso a la cultura, especialmente en tiempos donde el costo de la entrada puede ser una barrera para muchos.
Este concierto no solo fue un regalo para los oídos, sino también una muestra del compromiso de la OFCM y la Secretaría de Cultura local de democratizar el acceso a la música clásica y enriquecer la vida cultural de la ciudad.