El estudio se titula “Evaluación del riesgo dietético de la exposición al cadmio a través de alimentos de consumo habitual en México“
En un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Iberoamericana, la UNAM y el Instituto Nacional de Salud Pública, entre otras instituciones, reveló que el 68.5% de los alimentos analizados en la Ciudad de México están contaminados con cadmio, un metal tóxico que puede provocar cáncer, daño renal, presión arterial alta y enfermedades pulmonares.
El estudio, titulado “Evaluación del riesgo dietético de la exposición al cadmio a través de alimentos de consumo habitual en México”, analizó un total de 143 alimentos comercializados en la capital. Los resultados arrojaron que alimentos como champiñones, tomates, lechuga y chiles contienen concentraciones significativas de cadmio.
Según los investigadores, el consumo máximo tolerable de cadmio para un ser humano es de 2.5 microgramos por kilo de peso corporal semanalmente. Sin embargo, algunos alimentos superan esta cifra.
Por ejemplo, en los champiñones se encontraron 0.575 microgramos por kilo, mientras que en la lechuga romana y el cacao en polvo se detectaron 0.335 y 0.289 microgramos, respectivamente. Otros alimentos afectados incluyen chocolate en polvo, pan molido, acelgas, chiles anchos y barras de chocolate.
El cadmio llega a los alimentos a través del agua que se filtra al subsuelo y contamina los cultivos. Este metal, presente de manera natural en ciertas rocas, puede llegar al suelo por la erosión de las mismas o por emisiones volcánicas. Sin embargo, también es generado por actividades humanas como la reciclaje de baterías y otras industrias que emiten desechos contaminantes.
Además de su toxicidad, el cuerpo humano tarda entre 16 y 30 años en eliminar el cadmio, lo que lo convierte en un riesgo acumulativo para la salud. La exposición prolongada puede generar problemas como osteoporosis y otros daños severos.
El estudio recomienda que las autoridades realicen un monitoreo constante de los alimentos consumidos en la CDMX y evalúen las condiciones de los suelos agrícolas para evitar una mayor contaminación. Este hallazgo subraya la importancia de regular las actividades industriales y vigilar la calidad del agua utilizada en los cultivos.