El icónico punto de reunión construido en los años 60 por el arquitecto Salvador Ortega Flores será rehabilitado en beneficio de lxs capitalinxs
La emblemática Glorieta de los Insurgentes, una plaza peatonal a desnivel cuyo objetivo desde su construcción en 1969 era ordenar el cruce vial y proporcionar transporte público masivo, volverá a brillar luego de que varias dependencias del gobierno capitalino llevaran a cabo un operativo para recuperarla como espacio público tras meses de diálogo y concertación con los diferentes grupos sociales que se mantenían en el lugar.
En conferencia de prensa para explicar el proceso de rescate, que inició desde el 26 de julio pasado, el jefe de Gobierno, Martí Batres, apuntó que la Glorieta se fue deteriorando y quedando en abandono a raíz de la pandemia de COVID-19, en donde después comenzaron a instalarse comerciantes, personas de la comunidad LGBTQ+, población de calle e incluso a presentarse situaciones de narcomenudeo.
Derivado de ello, el gobierno local decidió hacer una inversión de 12.2 millones de pesos para intervenir más de 12 mil 500 metros cuadrados mediante el trabajo interinstitucional de las secretarías de Gobierno, de Seguridad Ciudadana, de Obras y Servicios, de Desarrollo Urbano y Vivienda, de Bienestar e Igualdad Social, de Movilidad, así como la participación del Metro.
Al tomar la palabra, Tania Carro, directora general de Servicios Urbanos y Sustentabilidad de la Secretaría de Obras y Servicios, indicó que el proyecto, que estará listo a finales de septiembre y lleva 24% de avance, contempla cinco acciones: sustitución de luminarias por tecnología LED, eliminación de grafitis, mejoramiento de áreas verdes, renivelación de respiraderos y conservación del monumento El Sereno.
También aprovechó para comentar que se instalará un Módulo de Policía Turística, un biciestacionamiento semimasivo con capacidad para 99 bicicletas y un Laboratorio de Derechos Humanos que servirá como espacio multimodal y dinámico.
El plan, según refirieron las autoridades, es que una vez concluida esta etapa en la Glorieta se le empiece a dar “vida cultural, social y pública”.
Apoyo a personas en situación de vulnerabilidad
El gobierno capitalino señaló que una de las labores fundamentales para lograr el objetivo estuvo a cargo de la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos Humanos, de la Secretaría de Bienestar e Igualdad Social, que ofreció otro espacio para las personas de la diversidad sexual que permanecían en el bajo puente de la Glorieta.
Un día después del operativo, el titular de la dependencia, Gerardo López Hernández, apuntó que se llevan a cabo recorridos a diario en esta zona para ofrecer a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad la posibilidad de ocupar los servicios que proporcionan en los albergues: “Si ellxs quieren, lxs trasladamxs. Para esta ocasión, al menos 12 personas aceptaron; ahí son valoradxs en una instancia que se llama Centro de Valoración y Canalización, donde son ubicadxs a los albergues que corresponden”.
“Nodo urbano”
Las afamadas colonias Roma Norte y Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, están unidas por la Glorieta de los Insurgentes, catalogada como un referente cultural, social y punto de encuentro donde también convergen una estación de Metro y otra del Metrobús para dar mayor fluidez a la movilidad.
El cruce que se forma entre la Avenida Chapultepec y la Avenida Insurgentes Sur facilita el acceso a las calles de Oaxaca, Jalapa y Génova. Este “nodo urbano”, como le llaman arquitectxs, se inauguró el 4 de septiembre de 1969 como parte de las obras de la Línea 1 del Metro, la primera en su tipo; el proyecto estuvo a cargo del arquitecto mexicano Salvador Ortega Flores (1920-1972).
La Subsecretaría de Participación Ciudadana y Prevención del Delito de la SSC informó que para este operativo de recuperación participaron 100 uniformadxs y paramédicxs.
Constructor universitario
Salvador Ortega Flores, en sociedad con Mario Pani y Enrique del Moral, logró llevar a cabo un conjunto de aportaciones arquitectónicas notables como la Torre de Rectoría y el multifamiliar de maestros, ambos en Ciudad Universitaria. El arquitecto, quien falleció a temprana edad, estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura, en San Carlos, de 1940 a 1945. Se recibió con la tesis Museo Biblioteca en la ciudad de Hermosillo, Sonora.