El mandatario local presentó un decálogo de obligaciones para servidores públicos, destacó normas clave para garantizar competencia equitativa y explicó cada punto, delineó acciones permitidas y prohibidas para evitar violar la ley electoral
El jefe de Gobierno, Martí Batres, presentó un decálogo sobre las obligaciones que deberán seguir los servidores públicos de la Ciudad de México en el marco de las campañas electorales que concluirán hasta el próximo 2 de junio.
“El tema de la veda electoral tiene dos aspectos, por un lado, cuáles son nuestros límites y por otro, cuáles son nuestras posibilidades; hay ciertas restricciones, pero el gobierno sigue trabajando”, explicó el mandatario local.
Algunos de los puntos expuestos son que la propaganda gubernamental, así como cualquier información pública, deberá ser institucional; los beneficios de programas y acciones institucionales entregados en especie no podrán contener logotipos, frases, colores o imágenes de algún partido político, coalición o candidatura; además, dijo que los servidores públicos deberán abstenerse de emitir opiniones o expresiones de índole político-electoral que puedan impactar en el proceso.
En cuanto a la difusión de información en internet y redes sociales, dijo que permite la divulgación de contenido institucional relacionado con los servicios gubernamentales y temas de interés general. No obstante, se insta a los servidores públicos a abstenerse de expresar opiniones político-electorales que puedan influir en el proceso electoral.
El Decálogo también aborda la participación de los funcionarios en eventos proselitistas, estableció que solo pueden asistir en días inhábiles y siempre fuera de su horario laboral oficial. Se prohíbe su presencia en eventos proselitistas durante días hábiles.
Los programas sociales y acciones institucionales pueden continuar durante este período, pero deben ajustarse a las reglas de operación establecidas y no contener referencias a partidos políticos o candidatos. Afirmó que durante la administración actual, las entregas de estos programas nunca han llevado logotipos partidistas y se han apegado estrictamente a las reglas de operación establecidas por la ley.