De los 11 millones de migrantes irregulares que viven actualmente en Estados Unidos, se estima que el 40% son de origen mexicano
Este jueves, durante la mañanera del pueblo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que solicitará al próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que las deportaciones masivas de migrantes se realicen directamente a los países de origen de las personas afectadas.
“Nosotros somos solidarios con todos y con todas, pero nuestra principal función es recibir a las y los mexicanos. Esperamos lograr un acuerdo con la administración de Trump para que, en caso de que haya deportaciones, también envíen a los migrantes a sus países de origen”, declaró la mandataria federal.
Sheinbaum recordó que el gobierno de Joe Biden tiene actualmente un acuerdo con México para deportar directamente a lxs migrantes a sus países de origen.
En casos donde no hay una relación directa con otras naciones, Estados Unidos recurre a México para facilitar la devolución de los migrantes a sus lugares de origen. Este modelo ha permitido una gestión más ordenada de los flujos migratorios y ha reducido la presión sobre los sistemas fronterizos mexicanos.
Sin embargo, durante su primera administración, Donald Trump implementó los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), conocidos como “Quédate en México”, que obligaban a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras se resolvían sus casos. Esta política generó tensiones entre ambos países y complicaciones logísticas y humanitarias para México.
Ante la posibilidad de que Trump retome políticas similares, Sheinbaum confió en que el nuevo gobierno estadounidense no lleve a cabo las deportaciones masivas anunciadas. Aun así, aseguró que México se está preparando para enfrentar este escenario.
La Secretaría de Gobernación convocará a los gobernadores de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas para diseñar un plan conjunto que permita recibir y atender a los mexicanos deportados.
“Nos reuniremos con los gobernadores fronterizos para establecer estrategias de apoyo a nuestros paisanos y paisanas, en caso de que estas deportaciones masivas se concreten”, señaló la mandataria. El objetivo principal será garantizar una recepción digna y adecuada para los migrantes mexicanos que pudieran ser afectados por las políticas de Trump.
De los 11 millones de migrantes irregulares que viven actualmente en Estados Unidos, se estima que el 40% son de origen mexicano, lo que convierte a esta población en una de las más vulnerables frente a las posibles deportaciones.
El gobierno mexicano, además de planificar la recepción de deportados, buscará mantener el diálogo con Estados Unidos para reducir los impactos de cualquier medida unilateral. “Nos interesa proteger los derechos de nuestros compatriotas y asegurarnos de que se respete su dignidad en todo momento”, concluyó Sheinbaum.