El inicio
En 1962, la familia Pérez y la familia Melhem decidieron fundar Panam, sumándose a la tendencia de la época, en la que se empezaba a reemplazar el calzado formal por uno más cómodo y casual. Las Olimpiadas del 68 ayudaron a popularizar esta moda en México, pero los años 80 fueron determinantes para Panam, pues en muchas escuelas estos tenis se volvieron un clásico (a veces obligatorio) para las clases de educación física.
El clásico
Actualmente tienen varios modelos, pero el que todos conocemos se llama “Campeón”, y a pesar de haber tenido leves cambios en su aspecto, es casi idéntico al que se creó hace más de 50 años. Los hay de varios colores (rojo, negro, blanco, verde, azul…) y se caracterizan por la P de Panam en el costado derecho que resume la esencia de la marca: un calzado panamericano que expande sus fronteras.
A punto de desaparecer
En los años 90, el calzado de importación que llegó a nuestro país amenazó fuertemente a Panam. A la empresa le resultó prácticamente imposible competir con tantas nuevas opciones con precios muy bajos y, a pesar de que estuvieron a punto de tirar la toalla, el equipo nunca dejó de fabricar ni de distribuir los tenis.
El resurgimiento
A partir de 2002, Panam creó nuevas estrategias para posicionarse nuevamente en el gusto de la gente, encontrando un nicho en los jóvenes nostálgicos que los visten como parte de un look vintage que los remite a su infancia. En este nuevo aire, han hecho colaboraciones con grupos como Molotov y Los Ángeles Azules, y con marcas como Indio que han ayudado a mantener la marca más viva que nunca.
De todo para todos
Además del clásico “Campeón”, Panam ha sabido entender que los gustos de los jóvenes son variados y por eso le ha entrado a hacer nuevas versiones de tenis; como los botines, los tipo skate o los que traen plataforma, e incluso han fabricado otros estilos de calzado como las botas de lluvia y las botas mineras.
(Miréia Anieva)