Los asilos de ancianos son parte del conocimiento colectivo pero pocas veces la gente busca lo que hay detrás de la noble labor de asistir la última etapa de la vida de una persona.
En el Hogar Gonzalo Cosío Ducoing viven adultos que fueron choferes, ebanistas, nanas, jardineros o empleadas domésticas, personas que toda su vida trabajaron pero que nunca tuvieron prestaciones laborales y, por ende, carecen de una pensión o servicio médico.
El lugar es dirigido por Alejandra Alvidrez desde 2007, su labor va desde recibir a los adultos, asegurarse del buen funcionamiento de la casa, administrar las donaciones en dinero y especie y convivir con los adultos hasta ofrecer servicios funerarios para quien los llegara a necesitar.
La historia de este hogar se remite a los años 50, cuando el pediatra Gonzalo Cosío Ducoing, quien trabajaba en el Hospital General de México, notó la falta de un lugar para los niños con enfermedades mentales, retrasos o problemas de columna.
“Llegaba gente de rancherías o de la misma ciudad y les decían ‘su hijo no va a volver a caminar o tiene un problema crónico mental’, en ese momento algunos papás decían ‘ahorita vengo, voy por el taxi’ y no regresaban por ellos, quedaban en abandono”, cuenta Alejandra.
Entonces el doctor Cosío heredó la residencia de Montes Urales 750, en las Lomas, y comenzó la casa hogar en la que recibían a niños y adultos con este tipo de problemas.
En los años 90, la institución de asistencia privada se convirtió en asilo de ancianos con un patronato. Alejandra llegó a la dirección luego de trabajar en la Casa de la Divina Providencia y en un hospital para niños con problemas de columna.
Dirigir una casa hogar no es tarea fácil, se debe conseguir el dinero para pagar sueldos a cuidadores, empleados y enfermeras. A los ancianos registrados por el INAPAM se les pide una cuota de $300 pesos que se usa para comprar productos de limpieza.
Reciben hospedaje, actividades recreativas, terapia física, alimentación, lavandería y servicio médico. Hay capacidad para 48 adultos y actualmente sólo hay lugares para hombres ya que la cuota femenina está completa. El perfil para ingresar es una persona autosuficiente, sin enfermedades mentales ni infectocontagiosas. Las personas en situación de calle también son recibidas, siempre y cuando se adapten al horario y reglamento del lugar.
“Seres humanos que son tu responsabilidad las 24 horas del día es algo muy complicado, cada uno es diferente. ¿Cómo se llevan los abuelos? De la patada, igualito que hermanos, pero cómo se quieren”.
Si deseas hacer una donación o solicitar más información, puedes llamar al 5282 5689 o visitar el sitio asilocosioducoing.org.mx.