A pesar de que se inauguró hace un año con bombo y platillo, Futura CDMX se mantiene como un secreto a voces y todavía no es muy conocido. Y no nos explicamos por qué, si este museo tiene… ¡una maqueta de la CDMX que mide 235 metros cuadrados! Clávate en ese tamaño: es como el doble de grande que el depa de tus sueños-no-tan-guajiros. Con su escala 1:2500, le encantará a cualquiera que ame la arquitectura, los juguetes, el urbanismo, las miniaturas o todas las anteriores. Se puede pasar un buen rato intentando localizar la geografía personal (“Ahí vivo”, “Allá estudié la secundaria”, “¡Todo esto camino para ir al trabajo!”, “En ese puntito vivía mi primer amor”) y maravillado por la magnitud de este hermoso caos defeño en el que vivimos.
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Cada hora, sobre el modelo a escala se proyecta un espectáculo audiovisual. Hay dos: Latido milenario, con la historia de la CDMX, narrado por Martín Hernández y Charo Fernández, y México-Tenochtitlán, que habla sobre la época prehispánica. La neta, el primero está mucho mejor. Lo encuentras en los horarios impares (11, 13 y 15 horas).
Al final del show, te dan chance de quedarte un rato dándole vueltas a la maqueta, que se puede ver a nivel de piso o desde arriba. Es realmente asombrosa y tu corazón chilango va a explotar de emoción. En las siguientes salas hay instalaciones interactivas para conocer datos duros de la ciudad y compararlos con otras grandes metrópolis, para asomarse a las diferentes capas del subsuelo capitalino o para ver fotos históricas. Se acaba de añadir a la colección del lugar el espectacular dibujo que hizo el artista británico Stephen Wiltshire, quien sobrevoló en helicóptero los alrededores de la Torre Bancomer y trazó de memoria sus impresiones de la ciudad.
Es algo cursi, pero al final te llevas un frijolito dentro de un sobre llamado “Deseos para la ciudad”. La idea es que lo plantes por ahí para que crezca.
Futura CDMX está en Jiménez 13, en el Centro Histórico, a un costado del Colegio de las Vizcaínas. Abre de martes a jueves de 10 a 14 horas y de viernes a domingo de 10 a 16 horas. Normalmente cuesta $100, pero los domingos sale en $30.
