Adanowsky morirá de forma accidental en un escenario del DF, Toluca o Guadalajara. No se sabe cómo, ni en qué momento, pero sí por qué. Adán Jodorowsky, quien está detrás de este personaje, está cansado de actuar frente a sus fans, la prensa y todo el mundo; cree que es un mal ejemplo para la sociedad bajo el contexto actual del mundo.
“Leí un libro de (el escritor ruso Piotr Demiánovich) Ouspenski, que es un discípulo de (George) Gurdjieff, me provocó una explosión mental que me hizo darme cuenta que el mundo está lleno de máscaras por los políticos, los artistas, gente de afuera, por las relaciones humanas, el mundo necesita un poco de verdad, me parecía injusto esconderme detrás de máscaras”, explica en una charla telefónica desde España.
El 20 de octubre, el músico comenzará su última gira como Adanowsky con un show en el Foro Lando de Toluca, dos días después estará en el Teatro Estudio Cavaret de Guadalajara y el 23 en el Lunario del Auditorio Nacional en el DF.
Entonces, esperará a que termine el año y en enero próximo resurgirá, pero solo como Adán, sin el apellido de su papá, el cineasta Alejandro Jodorowsky; y tampoco se disfrazará en el escenario. “Ya no tengo ganas de actuar, sino mostrar lo que soy de verdad. Si no les gusta pues no les gusta lo que soy y ya está”, así, sin el temor de perder a muchos de los fans que pagaban por una entrada a sus shows. Lo considera la evolución natural de un artista, el desnudarse, arriesgar el pellejo.
En su nueva etapa ya no hablará de sus demonios, sino del despertar de la conciencia humana, su nuevo disco se llamará Adán & Xavi y Los Imanes.
En el inter, se encuentra trabajando en la producción del nuevo disco solista de León Larregui, el cual realizó en París. “Aún no hemos terminado. Estamos en pleno, está quedando muy bien, sólo prefiero no decir mucho sobre el proyecyo por respeto”, y adelanta que también hará la banda sonora de la nueva película de su papá, Poesía Sin Fin.
Pareciera que se trata de un artista en constante creación, pero el mismo se confiesa tímido, no le agrada la idea de salir a la calle a pasear, revela que apenas si baja a los tacos que están en la misma cuadra de su casa en el DF “son buenísimos, pero prefiero no dar la dirección para que no se llene y no tenga que hacer cola”.