En 2009, el cineasta español Pedro Almodóvar compró los derechos de Escapada, un libro de relatos de la escritora canadiense Alice Munro. Hasta el año pasado, Pedro había adaptado tres de los relatos de Munro, con quien ya había coqueteado fílmicamente en La piel que habito (2011), al poner a la protagonista a la lectura de uno de sus libros.
De esas adaptaciones salió entonces Julieta, la historia de una profesora de 55 años que intenta contar a su hija Antía un cúmulo de vivencias que ha guardado celosamente desde que la concibió, hace treinta años. La lista de confesiones está hecha, pero no hay remitente a quién enviar la carta, pues Julieta no ve a Antía desde hace 12 años. Y ahí está el inicio de un nuevo episodio del universo femenino almodovariano que Pedro ha conseguido construir a lo largo de casi 40 años de carrera.
Julieta, originalmente titulada Silencio, es la película número 20 en la filmografía del manchego y representa su regreso a los dramas lacrimógenos, después de un par de películas donde lo chusco e inverosímil reinó en los argumentos.
En esta exploración de los 30 años de vida de una mujer que se repone a pesar de todo, el cineasta da espacio por primera vez a dos protagónicas ajenas al universo de las chicas Almodóvar: Adriana Ugarte y Emma Suárez, a quienes acompañan caras conocidas como Rosy de Palma y Darío Grandinetti.
Para verse
La cinta se estrena hoy en salas comerciales.