Debí haberlo sabido desde el nombre: demasiado cercano a, por lo menos, un par de restaurantes de hamburguesas que están hasta eso, muy cerca de éste. Pero la verdad es que soy débil. Soy facilote. Caigo ante la tentación sin el menor esfuerzo.
Debí de haberlo constatado una vez sentado en el lugar, al haber contemplado la decoración y ambiente en general. Gentrification, dirían los que hablan inglés. ¿Existe la palabra en español? La cosa es que simplemente pensar en que el cáliz sagrado de las hamburguesas puede estar en la siguiente que me coma, hace que, pues ni hablar, las tenga que probar todas con todo y las señales en contra que pueda haber.
Así me pasó, justito, con este lugar. Suspiré cuando un amigo, ocasional acompañante de búsqueda, me sugirió este sitio. Así que finalmente fui a la sucursal que está en la Roma.
Hay 2 caminos: una carta con varias hamburguesas ya establecidas, y la posibilidad de armar uno mismo su burger con una amplia gama de ingredientes y complementos. Hasta ahí bien la cosa. Me sacó un poco de onda, bueno, francamente me cayó muy mal, que la hamburguesa sencilla de carne, queso cheddar, cebolla caramelizada, lechuga y tomate, se llamara la “Novato”. ¿En serio? ¿Una cheeseburger es de y para un novato? No lo creo, pero bueno. No pude aguantar y decidí hacer una con mis especificaciones: 200 grs. de carne Angus, pan de la casa, tocino, lechuga, tomate, pepinillos y queso cheddar. Sí. Una variante de la “Novato”: la “Burgerman Special”.
Además de la carne normal del platillo, este lugar ofrece una variante en donde se le puede poner una segunda carne, no de hamburguesa, pero que sí complemente el sabor. No sé qué tan buena idea sea eso, pero existe: puedes pedir que se le añada picaña o carne hecha en un cilindro peruano. Variaciones que pretenden hacer crecer el sabor.
Finalmente llegó y lucía bien. Prometedor. Pan suavecito y suficientemente húmedo. Bien. Te sugieren una serie de salsas especiales, por si se te antoja. No gracias, yo directo. Primera mordida y nada. Segunda mordida y nada. Resignado, me la acabé y tengo que decir que pasó sin pena ni gloria. Nada tenía mucho sabor. La carne muy pastosa. Faltaba consistencia, sabor y onda. Aunque grasosita, no tenía mucho sabor. En realidad nada tenía mucho sabor. Por primera vez, ni el tocino, aunque cocido bien, predominaba sobre todo. El pan, bien, aguantando los embates de la grasa, pero nada. ¿Dónde quedó el sabor? Quién sabe. Creo que la insistencia de las salsas, de tener otras carnes, o de plano hacer sándwiches con carne que no es de res, es porque el meollo del asunto – la carne – no está ahí.
Nos queda a deber el sabor. Es increíble que las alitas boneless que pedimos de entrada estuvieran mucho mejor que las hamburguesas, que son la especialidad de la casa. Lástima. Prueba no superada.
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Nombre del lugar
Partners and Brothers
Contacto
@partnersandbrothersroma
Dirección
Oaxaca #79, Col. Roma