Ubicada al noreste del Zócalo, la calle de Moneda es un corredor cultural que mantiene viva la memoria de varios espacios que estuvieron a la vanguardia en la educación, en la tecnología y en la arquitectura durante la época colonial.
La primera parada es la esquina con Seminario, donde una placa recuerda que ahí iniciaron los cursos de la Real Universidad de México en 1553; esta institución había sido creada dos años antes por el rey Carlos I de España, convirtiéndose en la primera del Nuevo Mundo. En la planta baja del inmueble actual se encontraba la famosa cantina El Nivel, que conservó el récord de antigüedad en la capital hasta su cierre en el 2008. A un costado está el viejo Palacio del Arzobispado, que se estableció en el siglo XVI, aunque fue reconstruido en el XVIII con una portada de estilo barroco.
Del lado oriente, en la pequeña calle de Licenciado Verdad destaca el templo de Santa Teresa la Antigua, que tuvo distintos usos a lo largo del tiempo y hoy es el museo Ex Teresa Arte Actual, donde vale la pena apreciar la enorme cúpula diseñada por Lorenzo de la Hidalga. Como dato curioso, la estructura central del altar, conocida como baldaquino, fue trasladada al templo de San Agustín, en Polanco. Justo en la esquina abrió sus puertas la primera imprenta del continente americano alrededor de 1540.
Uno de los lugares más importantes del rumbo fue la Real Casa de Moneda, que se mudó a la manzana del Palacio Nacional poco después de su fundación en el siglo XVI. Durante el Segundo Imperio, este sitio se convirtió en el Museo Nacional, con múltiples salas dedicadas a la historia natural, la arqueología y la vida en México después de la Conquista; poco a poco, este enorme acervo quedó repartido entre el Museo del Chopo, el Nacional de Historia y el de Antropología, y para 1965, el recinto de Moneda 13 adquirió su enfoque actual, mostrando la riqueza cultural de todo el mundo.
En el cruce con Correo Mayor, sobreviven dos casas gemelas que pertenecieron al Mayorazgo de Guerrero en el siglo XVIII; mientras la del número 16 es propiedad del INAH, la del 20 está dividida en locales comerciales, uno de los cuales fue el taller del artista José Guadalupe Posada. En la misma acera está el templo de Santa Inés, que guarda los restos del pintor novohispano Miguel Cabrera.
La Academia de San Carlos fue la primera escuela de su tipo en América, iniciando sus actividades en 1781. Diez años después se mudó al edificio que ocupa hasta la actualidad, en Academia 22, donde antes había funcionado el Hospital Real del Amor de Dios. En el siglo XIX fue remodelado en estilo neoclásico y se le añadió la bóveda central.
(Fotos: Lulú Urdapilleta)