La estación San Lázaro conecta dos líneas: la 1 y la B. La primera es de las originales, inaugurada el 4 de septiembre de 1969. Lo primero que la distingue del resto de las estaciones es que es una de las tres que fueron diseñadas por el arquitecto español Félix Candela, uno de los más importantes del siglo XX en México. San Lázaro, Candelaria y Merced cuentan con los techos estilo “paraguas” que marcan su obra.
La segunda etapa de la estación se inuaguró 30 años después, en septiembre de 1999 y sirve de conexión con la Línea B que va de Buenavista a Ciudad Azteca. El estilo es radicalmente distinto: espacios mucho más amplios, con terminados en cemento y mucho metal cromado. Lo que la distingue es ver entrar al tren por un agujero en la pared a más de 10 metros de altura, viniendo de un túnel de aros de metal.
La zona de San Lázaro recibe su nombre por una iglesia ubicada en la Merced, muy cerca de aquí. El logo de la estación (uno de los originales del equipo de Lance Wyman), hace referencia a la vieja terminal del ferrocarril que venía de la zona de Puebla y Veracruz (un espacio ocupado hoy por una unidad habitacional y parte de la Cámara de Diputados)
Otro encanto: no tienes que salir del complejo San Lázaro (pero sí del Metro) para admirar otra joya de la arquitectura mexicana de los últimos 40 años: la Terminal de Autobuses Poniente (mejor conocida como TAPO). Su cubierta es obra de Juan José Díaz Infante y permite la entrada de luz natural. Está foirmada por 16 trabes curvas que se unen en un anillo central y una cúpula más pequeña que sostiene todo.