El otro día, un amigo yucateco que vive en en el DF soltó una fuerte declaración: “La Narvarte y la Del Valle son una constelación de comida yucateca espuria. Todos esos restaurantes que los chilangos aman sirven una cochinita horrible que parece tinga”. ¡Escándalo! Afortundamente, su queja vino acompañada de una recomendación: “El único lugar que sí está bien rico es el Pok-Ché”.
Ubicado en la frontera entre la Cuauhtémoc y la San Rafael, este pequeño local lleva cerca de un año de ofrecer comida yucateca como-debe-ser. Los dueños, sobra decir, son de allá, y no ceden a la tentación de chilanguizar los platillos. Por ejemplo, los salbutes y los panuchos son de pavo, no de cochinita. Ésta última se sirve en taco o en orden de 250 gramos, y es preparada con naranja agria –no con vinagre– en un horno de tierra, envuelta en hojas de plátano; es suave, agrideliciosa, con el sabor del achiote presente y potenciado por la cebolla morada y el habanero que tú le pones al gusto.
La sección de entradas también incluye vaporcitos, maravillosos tamales de pollo con achiote, envueltos en hoja de plátano, y empanadas de cazón. Y por supuesto hay sopa de lima, con sus cachitos de tortilla frita, mucho pavo y aguacate (¡y lima!).
Todos los platos fuertes están deliciosos, pero destacan el queso relleno, el pan de cazón y los papadzules. También hay platillos que van variando a lo largo de la semana: los martes hay frijol con puerco, los miércoles pollo en escabeche, los jueves lomitos de Valladolid, los viernes pan de cazón, los sábados y domingos relleno negro. Es el pretexto para ir diario.
Hay dos postres: flan de lima con coco y dulce de papaya con queso de bola, ambos riquísimos. Ah, y si te levantas temprano (te sugerimos hacerlo), los desayunos están increíbles: pide los huevos motuleños o el huevo con longaniza.
Pok-Ché
Villalongín 46 loc. A, Cuauhtémoc; 5546 9544. Martes a domingo de 8 a 18 h.
Pet friendly. Sólo efectivo.
(Tamara De Anda)