El Centro Nacional de las Fuentes Brotantes encierra un sinfin de leyendas, pero la más inexplicable es la que se cuenta de la piedra encantada, si no te da miedo conócela.
Nadie sabe cómo ni cuándo llegó esta monumental piedra a la orilla de este místico lugar, simplemente un día la encontraron y desde entonces protagoniza las historias más escalofriantes que te puedas imaginar. A ella se le achaca la desaparición de personas, además de que también se cree que es el escondite de la Llorona.
ESTO TE PUEDE INTERESAR: Leyendas Chilangas: La bruja de Coyoacán
Una de las historias que se cuentan de esta piedra dice que una pareja era perseguida por la Santa Inquisición y, para protegerse, se internaron en este gran bosque con mucha cautela se aliaron con la noche para esconderse entre los árboles; de pronto, cuando pensaron que el peligro había pasado, un fiscal del santo oficio los agarró por la espalda sin que los enamorados pudieran hacer nada.
Resignados a su trágico final, los novios se tomaron de las manos y caminaron junto a su verdugo, pero —en un descuido de éste— la pareja se soltó y corrió sin detenerse hasta que se toparon con una enorme piedra, la cual se abrió como invitándolos a pasar. Ellos —sin dudarlo— entraron, pero jamás se volvió a saber de ellos.
Se dice que esta piedra se abre en distintas fechas para convertirse en una miscelánea. Quienes han entrado tampoco han regresado. No se sabe cómo ni cuándo sucede esto; algunos lengua sueltas aseguran que ocurre cada dos años, los días 24 y 31 de diciembre, y ¿qué crees? Según se dice, este año toca.
También se dice que todas las noches la piedra se abre y de ella sale una carreta conducida por un misterioso jinete que se pierde en medio del bosque.
A esta historia se le suman otras tantas como la de la Llorona, la cual se sienta en la piedra y grita por sus hijos con el característico:”¡Ay, mis hijos!”.
(Fotos: Cortesía)