¡Llegó el momento más esperado! La fiesta navideña godínez es la ocasión para destramparse sin pudor con los compañeros de chamba. Y siempre pasan estas cosas.
El atuendo
Bajita la mano todos sacan sus mejores garras del clóset para lucirlas ese día tan especial, aunque sepan que van a terminar sudadas y guacareadas.
El intercambio
Godínez que se precie realiza intercambio de regalos. Recibes algo horrible, onda un perrito de baterías, pero tú obsequias el libro de Werevertumorro.
Los desconocidos
La fiesta de fin de año es el día en que los compañeros de trabajo misteriosos, a los que jamás habías visto, emergen de las catacumbas.
La rifa
Se desata la adrenalina. Estás seguro de que este año sí te vas a llevar la tele, el iPad o el viaje a Acapulco, pero –si bien te va– te ganas una taza.
El ligue
¿El diseñador hipster con la fresa de recursos humanos? Ajá. ¿El mirrey de ventas con la punk de sistemas? Son los milagros amorosos de la Navidad.
El after
Cuando el alcohol se acaba y los corren del lugar, siempre hay una fracción de valientes que sigue la peda en el karaoke o algún bar de mala muerte.
La cruda (moral)
Al día siguiente todos llegan calladitos a la oficina, con lagunas mentales y el único consuelo de que los demás andaban igual o peor.
El chisme
Lo único mejor que la peda épica es repasar las anécdotas, morir de risa y empezar la cuenta regresiva de 365 días para la próxima fiesta navideña.