Los Alabama Shakes se agitan de nuevo

Cuando se habla de esta banda, debe ser obligado mencionar antes que cualquier otra cosa a su cantante y guitarrista Brittany Howard, poseedora de una voz potente, a veces desgarrada, a veces conmovedora. Howard es capaz de guiar el barco por buen camino tanto en las más delicadas baladas como en las canciones que parecen salir directo de la cochera. Su voz suele compararse con la de Janis Joplin, aunque ella prefiere decir que se parece a la del primer delantero de AC/DC, el mítico Bon Scott. O a Nina Simone. O a Robert Plant. Sin ella, quizá estaríamos hablando de un grupo más, del montón.

En Sound & Color, como su nombre pareciera anticiparlo, el grupo añade a su fórmula nuevos sonidos y colores al mismo tiempo que se aleja de reproducir fielmente sonidos del pasado —en particular el soul sureño— en aras de alcanzar a dar un salto musical, de conseguir un estilo propio. No vayan a creer que la mirada ya no está puesta en el retrovisor, para nada, una gran parte de sus canciones ahí están cimentadas. Lo interesante es que han conseguido salir de los clichés que abundaban en su debut sin transformar drásticamente su sonido o negar deliberadamente sus influencias. Son lo que son, pero ahora mejor que nunca, con rango ampliado. Este reseñista destaca un par de canciones: el rabioso punk de garage de The Greatest y la pacheca languidez de Gemini que, sin ser las mejores del disco, ilustran con puntualidad de lo que aquí se está hablando.

 

 

(RULO / @ruleiro)