No todos los capitalinos somos sedentarios. Además del ejercicio que hacemos sin querer en los transbordos del Metro, muchos chilangos sí le entran al deporte. ¿Tú cuál eres? ¿Y tus amigos? Descubre la interesante relación entre los chilangos y el ejercicio.
El yogui
Va a todos lados con su tapetito enrollado, por si le agarra la necesidad de hacer yoga en el banco, en el súper, en la oficina… Casual. Se para de cabeza a la menor provocación.
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El bailarín
Constantemente se para de puntitas o rueda por el piso. Si viaja en transporte público, aprovecha los tubos para estirar las piernas y presumirle al mundo su flexibilidad. Cuando camina parece flotar.
El maratonista
Se duerme a las 20 h y se levanta a las 5 para correr. Siempre está de viaje cazando maratones. Su Instagram está lleno de fotos suyas corriendo y hashtags como #BornToRun o #NuncaNoCorriendo.
El crossfittero
No sabes en qué momento lo perdiste, pero la secta de bienestar te robó a esta persona, que ya solo se junta con sus amiwis del crossfit y va a comer açai bowls de 100 pesos con ellos.
El mamado
Puede que en su refri no haya más que una cebolla podrida, pero no faltan las latas de atún en la alacena ni las cubetas de polvo de proteína. Presume sus músculos como si fueran sus hijos.
El teórico
Conoce la ciencia detrás del deporte. Sabe a qué hora ejercitarse, por cuánto tiempo y qué comer para un máximo aprovechamiento… pero nunca nadie jamás lo ha visto mover un dedo.
El de moda
Se apunta al gimnasio de moda, con un método que promete ser súper innovador y cambiar vidas. Cuando se descubre la estafa, este chilango ya está sobre el nuevo tren del mame-mamado.
El callejero
Aprovecha las instalaciones deportivas que pusieron en los parques. Está todo correoso y lo tomamos como pretexto para no hacer ejercicio, porque: “Nooo, ese humano me intimida”.
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