El transporte público es un mal necesario porque, aunque no te guste, muchas veces es más rápido viajar en ellos que subirte a tu auto y quedarte atorado en el tráfico. Es por ello que miles de personas prefieren habitar una de las 6 líneas del Metrobús.
Cuando el sol todavía no da señales de luz, alrededor de un millón de pasajeros abordan el Metrobús cada mañana para llegar a su trabajo o escuela, algunos suertudos tienen la dicha de ir sentados, otros no alcanzan ni siquiera a abordar el vehículo color rojo, que unas veces amas y muchas otras odias.
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Este transporte fue inaugurado el 19 de junio de 2005 por el gobierno en turno quien, después de muchos años de planificación, buscó la manera de ofrecer un transporte más eficiente. Actualmente cuenta con 6 líneas a lo largo de la Ciudad de México con una extensión de 125 kilómetros y 208 estaciones.
Hora pico
Pero quién mejor que los usuarios para contarnos sobre su día a día y lo difícil que es subirse a este transporte. Y vaya que cuesta trabajo, más si sales a las 6 de la tarde, donde la frase que dice “todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar”, nunca había tomado tanto sentido.
Para la escuela
Cristian es un joven de 16 años, que —entre empujones y gente malhumorada— se sube a este transporte para poder llegar a las 7 de la mañana a su destino. Cursa el tercer semestre en la Preparatoria 3 y baja en la estación que lleva el mismo nombre.
Todos los días toma el Metrobús en San Lázaro, “me gusta utilizarlo porque es la manera más rápida de llegar, además de que me deja en la puerta de mi plantel”.
El estudiante es de estatura mediana y complexión delgada, viste con un ajustado pantalón de mezclilla, playera blanca y sudadera azul rey; comenta que ha sido testigo de abuso de hombres para las mujeres y argumenta con lo siguiente: ” las mujeres son muy acosadas, por nosotros —echa a reír porque su respuesta lo mete en aprietos y corrige—, quise decir que las mujeres son abusadas por hombres que no respetan, por eso estoy de acuerdo en que tengan una sección exclusiva para ellas”.
Sin embargo, considera que es injusto que, cuando la sección para mujeres viene vacía, los hombres no puedan pasar a sentarse.
Para la chamba
Él es Alan, tiene 41 años, y todos los días sale de su casa a las 5 de la mañana para tomar una combi que lo saca del Estado de México y lo traslada hasta Indios Verdes donde aborda el Metrobús que lo lleva para su trabajo en Insurgentes.
Dos horas es lo que tarda en llegar de su casa a la oficina, aunque argumenta que podría llegar más rápido, “el problema con este transporte es que se satura de inmediato y luego no puedo entrar”.
Alan trabaja en una dependencia de gobierno, comenta que no puede darse el lujo de llegar tarde a su empleo por lo que en ocasiones anticipa su salida media hora, ” luego vengo con buen tiempo, pero el tráfico influye para que el transporte no avance como debe, por eso ya no me confío” comenta mientras ve cómo un grupo de personas ingresa.
Aunque no todo es malo, dice Alan, “hay mucha seguridad, en cada estación hay un policía quien, además de cuidarnos, en ocasiones nos llegan a orientar cuando andamos perdidos”.
En familia
Daniela, aborda el Metrobús en Cuitláhuac con dirección a Tenayuca, comenta que ella y su hijo van de visita para la casa de su mamá. Dice estar conforme con el servicio que le brinda este transporte, “si lo sabes aprovechar es muy útil porque recorre largas distancias por el mismo precio, además tiene su propio carril y cuando hay tráfico es una ventaja para nosotros los usuarios “.
Mientras Daniela, de 30 años, sujeta su pesada mochila de color negro, dice que otra de las cosas por la que aborda este transporte es porque se siente segura, “no sólo las mujeres corremos el riesgo de ser acosadas, también los niños, la división es una manera de protegerlos”, concluye mientras posa su mirada en la cara de su hijo.
Sin embargo, la mujer refiere que le llega a causar molestia el hecho de que en las horas pico el Metrobús se tarda demasiado en pasar “no se dan abasto y no mandan más unidades, luego la gente se enfada y es cuando comienza el conflicto entre nosotros”.
(Fotos: Dulce Ahumada y Cuartoscuro)