Gracias a su capacidad para narrar con vida y profundidad anécdotas aparentemente sencillas, el argentino Federico Falco es considerado por muchos como uno de los mejores escritores latinoamericanos de la actualidad. Sus historias están vivas y transmiten al lector toda clase de emociones. Y los relatos reunidos en el libro 222 patitos y otros cuentos son el ejemplo perfecto.
Un niño que, enamorado perdidamente de una compañera de su escuela, no descansa hasta encontrar a la virgen a la que la pequeña ofrendó su cabello; un pueblo que se reúne durante horas en una plaza pública para ver arder a un fénix con la esperanza de que renazca; un adolescente que, tras enterarse de que su novia está embarazada, decide huir de su ciudad natal, lugar al que no regresará hasta varios años después, para enterrar a su padre; y, en la historia que le da título al libro, una mujer recuerda, junto a sus hijos, el momento en que a los 15 años intentó suicidarse utilizando una caja de cerillos; una mujer ahoga, uno a uno, a los cachorros recién nacidos de su perra sin prestar atención a que uno de ellos es azul. Se trata de 12 cuentos precisos en donde nada sobra y nada hace falta: ni silencios ni palabras ni puntos ni comas ni argumentos. Todo está donde debe de estar.
Falco nació en la ciudad de Córdoba, en 1977. En 2010, la revista Granta lo eligió como uno de los mejores escritores en español de menos de 35 años. Es autor de otros dos libros de cuentos: 00 y La hora de los monos.