Algunas veces, en mi vida de escritor asiduo a la lectura, ocurren momentos que, no sin cierta reticencia, adjetivaré como “mágicos” pues, sin esperarlo, descubro a un autor cuya prosa encuentro extraordinaria y a quien puedo externarle mi sincera admiración, como es el caso de Daniel Saldaña París y su primera novela En medio de extrañas víctimas, una odisea narrativa que emerge en el panorama literario mexicano como una de las apuestas más originales que cualquier lector agradecerá, sobre todo porque, como suele suceder con las obras más destacables de la literatura moderna y contemporánea, no se toma tan en serio a sí misma. El libro, además de estar lleno de trampas (que baste el ejemplo de titular una de sus partes como La tercera persona cuando en realidad está narrada en primera) entreteje una serie de historias delirantes que a ratos rayan en lo gallináceo y a ratos en lo escatológico, aunque siempre con el inflexible propósito de evidenciar las angustias más profundas que gobiernan a los seres humanos, y es que, aquí me veo en la necesidad categórica de parafrasear al biógrafo de Wittgenstein, la escritura de un texto “serio y filosófico” puede valerse de chistes de principio a fin.
En medio de extrañas víctimas
Daniel Saldaña París, 2013.
Editorial Sexto Piso
