13 de noviembre 2016
Por: José Quezada Roque

Manual para reconocer al chavorruco

Todos lo han vivido o lo vivirán: un día la existencia te revela, cruda y sin filtros, que tu juventud se ha ido. Una enseñanza ancestral es no intentar recuperarla y fluir con la etapa que te corresponde vivir. Aunque siempre puedes decidir no hacerlo.

Don´t cry

Si tienes más de 40 años y aún te vistes como Axl Rose no pasa nada siempre que lo hagas desde la comodidad de tu casa, donde no lastimas la vista de la gente. Pero, por favor, no vayas así a recoger a tu hijo cuando salga de la escuela.

 

¡Soy chavorruco y esto es Jackass!

Te juramos que meterte en esa lavadora de la que no te has podido deshacer y aventarte por las escaleras no hace que le caigas bien a los chavos del edificio. Es más, cuando la casera se entere, cambiará la cerradura de tu puerta.

 

El tiempo es cruel

Si intentas ocultar tu edad como el tesoro de Moctezuma o haces un dramota porque te dicen “señor” o “don”, aunque tu panza sea producto de un buen número de años entrándole a la chela, es hora de que te asumas como chavorruco honorario.

 

¡Cuidado!

Los chavorrucos creen habitualmente que tienen narcolepsia porque les cuesta un trabajo infinito aceptar que la razón verdadera por la que se quedan dormidos donde sea es la edad. Unas cachetadas guajoloteras pueden funcionar como cura.

 

Ya no es lo mismo…

Si por recordar tus épocas de fiesta extrema no puedes rendir bien durante varios días, deberías llevar una vida más tranquila. No te pongas triste, hay algunos que fiestean poco y tienen que usar tanque de oxígeno toda la semana.

 

Amistades anacrónicas

Todos han pasado o van a pasar por la andropausia. Ni modo, es una ley de la vida, pero el problema, en sí, no es ése, el problema es que tus compañeros de borrachera también viven una terrible crisis: la de la adolescencia.

 

¡Actualiza tu jerga!

Por favor, no digas frases que ni los adolescentes utilizan. No vas a ser aceptado o mejor visto por hacer eso, y, lo más importante, no inventes expresiones. Ningún adolescente dice “ahí nos videamos” al despedirse.

 

¡Asaltacunas!

Sabemos que en el amor no hay edades, pero en la mayoría de los casos el realismo dicta que una persona a la que le doblas o triplicas la edad no sentirá ningún interés romántico en ti. Lo cual nos lleva a concluir que la vida es un chiste cósmico.

 

(Fotos: Cortesía)

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